Que recuerde, nunca antes en los últimos 20 años Panamá había participado de un debate en materia de seguridad como lo está haciendo ahora, lo que señala el momento de madurez de nuestro pueblo y, a su vez, la conveniencia de establecer y aplicar una Política de Estado respecto de nuestra seguridad ciudadana.
El ambiente de efervescencia electoral que estamos viviendo, en cierto grado adelantada en el tiempo, tiende a opacar la profundidad del debate mismo, por la utilización que del tema hacen algunas agrupaciones y líderes políticos. Ello no es, sin embargo, obstáculo en el camino de consultas que nos hemos trazado con todos los sectores organizados que configuran la nación.
A decir verdad, todos estos encuentros de consulta han resultado más positivos de lo calculado y siento que todos estamos pensando en serio respecto al problema y que los avances de la estrategia de seguridad democrática integral, no son ni serán esfuerzos infructuosos.
Distinguidos analistas y pensadores políticos, que sin duda quieren lo mejor para nuestra sociedad, han controvertido algunos puntos de los proyectos acordados en el Consejo de Gabinete en este período de facultades extraordinarias otorgadas al ejecutivo por la Asamblea Nacional y, desde luego, el Gobierno no solamente está escuchando, sino tomando nota y acogiendo las sugerencias válidas para incorporarlas en los textos, porque la finalidad es dotar al país de importantes instrumentos de seguridad ciudadana, sin visos de inconstitucionalidad, y que el país entero sea responsable de su definición y de sus buenos logros.
Configurar la política de seguridad para un Estado o para un gobierno no es cosa fácil, sobre todo en el caso de Panamá que, como lo he dicho en diferentes foros y oportunidades, a partir de 1990 cuando se creó la institución de la Policía Nacional, no tuvimos la visión de conjunto y alcance para que el cuerpo policial y todas las instituciones relacionadas nacieran con las fortalezas que hoy todos reclaman, o las fuesen desarrollando con el paso del tiempo, en su función de garantizar la seguridad ciudadana.
Hubo intentos de concertación entre los partidos políticos principales, como nos lo recuerda el doctor Ricardo Arias Calderón, quien con su inteligencia aportó desde 1990 grandes esfuerzos y recomendaciones, no solamente desde el foro abierto, sino desde su rol prominente como Ministro de Gobierno y Justicia.
Luego, hacia el año 2000, participó en la redacción de los Fundamentos de la Política de Seguridad. Vale destacar que ese proceso tuvo mucho menos participación de la sociedad civil organizada y la población que la consulta de hoy, respecto a los proyectos de los Decretos Leyes.
PLANTEAMIENTOS
Se han presentado planteamientos nuevos y algunos análisis de expertos en seguridad. Unos, valga decirlo, formulados con el fin del interés nacional y otros caprichosos, consecuencia más bien del tinte político que del buen juicio, lo que no los hace excluyentes a la hora del debate o la consulta.
La vocación pacífica de Panamá y su espectro neutral mundialmente aceptado y acogido no nos blinda de peligros, así como el crecimiento económico de ahora no nos exonera a todos de la responsabilidad social que hay que asumir para construir una nación equitativa y disminuir riesgos de violencia interna a causa de desigualdades e injusticias sociales.
La actual inseguridad ciudadana por la que la gente reclama acción y presencia de la fuerza pública, no es un hecho aislado de asuntos tan vitales como la visión conformista con que fue ideada la seguridad ciudadana, alrededor de sus instituciones de seguridad y policía, en sus comienzos, así como el hecho de crecer sin equilibrio social, a lo que debemos sumar el poder corruptor y desestabilizador del narcotráfico, que hoy, como lo han afirmado algunos estudiosos internacionales, ha terminado por narcotizar la agenda de seguridad de los países.
Cuando todos empecemos a entender estos aspectos, sin pasiones partidistas ni brotes revanchistas, entonces estaremos pensando seriamente en el país de hoy y en el de mañana. Por eso creo en las consultas y estoy convencido de que ellas nos darán soluciones de mayor consenso en los temas de seguridad.