Quienes no conocen a fondo el método se han encargado de generar una serie de mitos que atemorizan y desinforman. De modo que:
Es falso considerar que la vasectomía reduce el placer al momento del encuentro sexual, pues no tiene nada que ver con disfunción eréctil o eyaculación precoz.
La vasectomía tiene un índice de fracaso de 0.1%, el cual está sujeto a una intervención mal realizada o un caso extraordinario en que haya un tercer conducto diferente que no sea percibido por el especialista.
Los efectos psicológicos en quien ha sido practicada dependerán de su propia madurez, ya que es una decisión que no se debe tomar a la ligera.
Este método no es un escudo contra sida u otras enfermedades venéreas, por lo que el individuo sometido a esta intervención debe contemplar las precauciones acostumbradas si sostiene relaciones con nuevas parejas.
La producción de semen es aproximadamente de 50 mil espermatozoides por minuto, lo cual no se suspende con la vasectomía. La eficacia del método consiste en que por falta de un pasaje anatómico normal, las células seminales son consumidas por otras destructoras (macrófagos) o se degeneran y producen antígenos que se transforman en anticuerpos.
No se conocen casos en que por causa de la vasectomía el hombre desarrolle algún tipo de cáncer, como el de próstata o testículos.
Decidir practicarse la vasectomía es un asunto de pareja, que habla bien de la presencia de madurez y una relación sólida en donde quedan fuera prejuicios y comportamientos machistas.