Pesquisas internacionales piensan ayudar al deplorable gobierno de las maravillas para determinar qué oscura componenda existe entre los chicheros y los que claman por justicia a diario, protestando o cerrando vías. Se ha observado que horas antes que los enfrentamientos entre antimotines con estudiantes, obreros o comunitarios se den, los chicheros han plantado sus banderas en perfecto orden y con suficiente espacio para maniobrar sus triciclos cargados con variedad de empanadas, "hot dog" y refrescos con borojó, de avena, chicheme o agua fría con sabor a naranja.
El expediente secreto levantado a los supuestos alzados que atentan contra la seguridad del desorden reinante en Panamá, contiene 300 fojas que preocupan. "Dícese que a pesar de los daños materiales y de los 400, 000 proyectiles que se calcula hayan lanzándose contra Patria Nueva durante las posibles 1, 200 refriegas de los últimos tres años, milagrosamente ni una sola piedra de río, pedazo de bloque o garrote ha dándole a chichero alguno". Esta realidad ha levantado una ola de sospechas mortificantes en muchos parásitos gubernamentales, que exprimen a la República desde sus hamacas.
Una importante filial de chicheros repartió volantes con mapas, cifras, nombres y teléfonos. Según ese plan, aunque el juez W. Turnoff mande a Noriega a tomar champaña a las Galias, el mismo no demorará en ingresar a Panamá por la frontera tica, en un carro Papal descapotado.
Durante ese paseo de más de 450 kilómetros los chicheros se unirán con los artesanos, pues piensan vender arriba de siete millones de "cuaras", solamente en limonada con raspadura, mientras que la tosca industria artesanal venderá un millón setecientas mil caritas de piña, así: 200, 000 con camisas de preso, 500, 000 ahorcadas en un palo de mango y el saldo con bandas presidenciales.