POR PASTOR FALCONETT
Pienso que la llamada presión de algún sector de la política norteamericana, contra la candidatura del diputado Pedro Miguel González a la Presidencia de la Asamblea Nacional, representa más bien el esfuerzo de algunos sectores internos, que la están abanicando, procurando ampliar el radio de su onda expansiva, con el fin de convertirla en un hecho político de significación, que pudiera eventualmente arruinar esta aspiración.
Juzgando por la armónica relación que hemos visto entre el actual gobierno del PRD y el gobierno de los Estados Unidos, donde incluso en momentos de fuertes controversias en los organismos internacionales, a nuestro país se le ha visto alejado de sus aliados naturales y más cercano a los primeros, por lo que no resulta congruente ni creíble la existencia de una postura oficial al respecto.
Más allá de la natural alergia que pudiera provocarles esta candidatura, estoy convencido que hay más de especulación y de dinámica interna. Eso no significa que dejemos de desconocer la naturaleza hegemónica de la política exterior norteamericana, pero tampoco es menos cierto que el gobierno del Presidente Bush es ampliamente criticado por su política exterior y por el descuido de su "traspatio" latinoamericano, por lo que, pretender reflotarlas al primer plano, un tema como las supuestas acusaciones que reposan en los Tribunales Norteamericanos, también pueden provocar que en Panamá se exija justicia para los más de 1, 000 muertos que nos dejó una invasión que nadie solicitó ni aprobó.
Cabe agregar, que en el caso de Pedro Miguel, estas acusaciones ya fueron ventiladas en los Tribunales panameños, resultando absuelto por un Jurado de Conciencia.
La elección del Presidente de la Asamblea es un asunto estrictamente nacional, puramente interno, por lo que no debe ser influido por presiones externas. Este punto es fundamental, porque es vergonzoso que so pretexto de que no debemos incomodar al gobierno Norteamericano, justifiquemos una política del dictamen y la sumisión, propia de los Gobernantes de las antiguas colonias, cuyos resultados fueron el saqueo y la miseria. En este sentido, aunque no tengo absolutamente nada que ver con el PRD y con Pedro Miguel, debo reconocer que han actuado con dignidad y firmeza.
