Molestos y sumidos en el dolor, familiares, amigos y vecinos dieron el último adiós a Paulina Hernández, quien apuñalada de su concubino.
Los familiares de la mujer de 32 años, víctima de violencia doméstica, no pidieron justicia legal porque aseguran que pase lo que pase, ellos se encargarán de hacer la justicia, pues están cansados de denuncias sin una solución real.
El sepelio se realizó en la iglesia de Pocrí de Aguadulce bajo un fuerte aguacero que demoró las honras fúnebres. Hubo que esperar a que pasara la lluvia para enterrar a la madre que dejó huérfanas a dos niñas.
Paulina era una mujer tranquila que no merecía morir de esa manera, y mucho menos frente a sus dos hijas menores de edad, sostienen los familiares.
Norquis Castillo, abogado y amigo de la familia, lamentó la pérdida e indicó que la violencia doméstica aumenta y Aguadulce no es la excepción y más cuando en este caso el agresor aparentemente pudo haber planeado la muerte de la joven madre.
Castillo expresó que esperan que la Ley sea la justa y ese sujeto pague por el crimen que cometió.
Paulina fue asesinada de una puñalada en el tórax por Walter Hernández, quien ya está detenido, sin embargo, los familiares de la víctima aseguran que si sale libre, ellos harán la justicia, porque ese crimen no quedará impune.
Pastor Hernández, hermano de la víctima, enfatizó que ellos no van a pedir justicia, porque lamentablemente en este país no se hace justicia y menos en estos casos; es por ello que ellos mismos se van a encargar de hacer la justicia porque la muerte de su hermana-que era víctima de ese sujeto-no quedará impune.
Las últimas palabras de Paulina fueron para Lai Rodríguez, una amiga, quien llegó al sitio al oír llorar a las niñas. "Corrí. Ella estaba en el suelo, casi muriendo, y sólo me dijo que cuidara sus niñas".
Paulina vivía en un humilde cuarto con las dos niñas en La Cruz, en Pocrí, Aguadulce.