Hace unas cuantas semanas rechazamos vigosrosamente la tendencia reeleccionista de un número plural de dirigentes deportivos. Indicamos en esa ocasión que la enorme mayoría de esos dirigentes no se merecían ese honor. Su trabajo al frente de los organismos deportivos había sido negativo e improductivo. Toda regla tiene su excepción y en este caso también había dirigentes que se merecían quedarse en la posición que venían ejerciendo. Uno de esos casos de méritos ganados lo constituye sin duda el Licenciado Sergio Iván Díaz en la presidencia de la Liga Provincial de Béisbol de Los Santos.
Sergio Iván no es santo de mi devoción. El carácter del dirigente santeño choca frecuentemente con el mío. Eso no quiere decir que Sergio Iván no merezca su reelección. Al contrario sus méritos son evidente s y tiene suficientes para seguir al frente del béisbol santeño. Los que anhelan ocupar su posición no le llegan ni a los talones, Sergio Iván maneja con mucho acierto las categorías de esta disciplina. Permanece casi todo el día en el Estadio Olmedo Solé. Es árbitro, no tiene ambiciones políticas ni rige el béisbol por control remoto.
Gracias a su dinámica y su inventiva, Los Santos recobró el título nacional. El béisbol es la disciplina más querida de los santeños y Sergio Iván le dedica cuerpo y alma.
Hace unos cuantos días el presidente de la República, Ricardo Martinelli, decía que prohibía que sus políticos se inmiscuyeran en las próximas elecciones. Ellos no le han prestado atención y están militando en ese proceso electoral. De todas maneras hay dirigentes que merecen su reelección.