Siete militares norteamericanos y tres guardias nacionales iraquíes murieron en un atentado cometido el lunes cerca de Faluya, a 50 km al oeste de Bagdad, mientras una nueva ola de sabotajes económicos golpeaba el norte de Irak y cinco extranjeros secuestrados eran liberados.
La explosión de un coche bomba el lunes por la mañana en los arrabales de la ciudad sunita rebelde de Faluya mató a "siete marines del Primer Cuerpo Expedicionario y a tres miembros de la Guardia Nacional iraquí", anunció el ejército estadounidense en un comunicado.
El norte de Irak también fue blanco de atentados y sabotajes.
El oleoducto que une la región petrolera de Kirkuk al puerto turco de Ceyhan, en el Mediterráneo, esencial para las exportaciones de crudo iraquí, suspendidas en ese tramo, ha sido saboteado de nuevo.
Varios desconocidos prendieron fuego el lunes por la mañana a ese oleoducto, impidiendo restablecer las exportaciones que habían sido interrumpidas hace unos días a causa de otro incendio.
Más al norte, en Mosul, la explosión de un coche bomba, cuyo blanco era un convoy estadounidense, hirió gravemente a un transeúnte iraquí, informó la policía.