Más de veinte vacas negras y bien criadas se fueron alineando apenas salieron del corral. Formaron una larga fila que nos impresionó.
Los animales parecían seres humanos, pues estaban adiestrados para ir a buscar comida de manera ordenada.
Al ver el espectáculo en una finca cercana a Volcán a principios de agosto, pensé en algo que ya se está haciendo familiar al público panameño.
Me refiero a las filas que decenas de panameños hacen a cada rato para comprar los productos "Compita"... y economizarse unos balboas.
Algunos pasan horas de su vida, lejos de sus hogares, por culpa de esta realidad socio-económica.
He pensado en las incomodidades que sufren estos compatriotas humildes. Tienen que aguantar sol y lluvia. Horas se pasan de pie, lo que tiene que afectarle las piernas.
A veces aparece el conocido "juega vivo", que quiere llegar primero sin esperar su turno. Surgirán reclamos y disgustos.
He visto a damas de edad en estas filas sufriendo con resignación. Recordé aquel dicho que señala que la "pobreza tiene cara de perro".
Imagino que estas lamentables imágenes no la verán los turistas ricos, quienes vienen a Panamá a disfrutar de nuestro buen clima y comida barata.
Mientras algunos se jactan del alto nivel económico panameño, la realidad nos abofetea por rincones de la ciudad capital con estas filas "compita".
Nos estamos pareciendo a países con muchas necesidades económicas como Cuba y algunos de �frica.
Se sabe que oficialmente tenemos un cuarenta por ciento de nuestra población en pobreza. Entonces, �quiénes se benefician con los millones de los rascacielos y las casas lujosas de jubilados extranjeros?
"No todo lo que brilla es oro", es un refrán muy viejo y verdadero. Esto deben comprenderlo los políticos que ahora andan prometiendo el cielo y la tierra, buscando el voto en las próximas elecciones.
Hay que encontrar soluciones al alto costo de la canasta básica que no sean humillantes, ni exijan horas de filas para comprar los "Compita".
Por lo visto, en eso de productos de bajo precio (�y calidad') también hemos llegado a los politiqueros "compitas". Pero ellos no hacen filas para comprar a unos centavos más barato...
