El ex presidente taiwanés Chen Shui-bian y su esposa, Wu Shu-chen, han sido condenados a cadena perpetua por corrupción, blanqueo de dinero y falsificación de documentos, anunció ayer el Tribunal de Distrito de Taipéi. "La corrupción de un hombre ha causado el desorden de todo el país. Por eso, las sentencias son tan severas", señaló el presidente del tribunal, Tsai Shou-hsun, en la sentencia, entregada a la prensa. Junto con el ex mandatario y su esposa, que también fueron multados con nueve millones de dólares, fueron condenados los trece familiares y colaboradores imputados, incluido el hijo de Chen, Chen Chih-chung.