Ni dos semanas han pasado y ya "No se puede". Las fantásticas obras prometidas durante la campaña, la reinvención del país de acuerdo con las quimeras del Tinmartín, no serán posibles, porque ... no hay de piña. La pérfida y desvergonzada administración anterior (que, no obstante, permitió el ascenso del PRD al poder), no dejó ni un real en las arcas estatales.
Las promesas de campaña no se pueden cumplir ... a no ser que los dejemos subir los impuestos y meterle la mano al Fondo Fiduciario. Eso es lo que ya nos insinúan. O sea que la "reforma sacaplata" no sólo no se derogará, sino que se ampliará para permitirle al gobierno perredista extraer más recursos de los bolsillos del pueblo.
�Se sacrificarán los altos funcionarios del Estado, ésos que ganan 5, 7 y 10 mil dólares al mes? No, no se puede: Son fenomenoides extraordinarios, que han accedido a dejar de recibir sus ping�es emolumentos en el sector privado para rendir un servicio a la patria, así que hay que recompensarlos con jugosos salarios, automóviles de lujo, choferes, asistentes, secretarias y otros manzanillos, pagados por el Estado.
�Más seguridad? No se puede, a no ser que nombremos como jefe de la policía, a un militar; toquemos el himno de las Fuerzas de Defensa en cada acto policial; y le demos un giro militarista a la política de seguridad.
�Qué más no se puede? Preguntémosle a Felipe González, el nuevo asesor superestrella del Tinmartín.