TEMAS DE ACTUALIDAD
La Fé en el pueblo (I)
Leandro Avila
Dirigente Sindical
En estos días en que
centenares de pre-candidatos se lanzan a disputar las primarias en distintos
partidos de oposición y gobierno, cabe reflexionar quiénes,
entre tantos, han tenido alguna vez, fe en el pueblo.
Las elecciones para alcanzar un puesto en el poder legislativo o en el
poder ejecutivo son vistas por muchos como un peldaño para hacerse
de una vida más cómoda o para construir una carrera "política".
La prueba de ello es que poco elegidos al llegar a las curules legislativas
o municipales, o al llegar al máximo solio presidencial, se acuerdan
de sus promesas electorales.
Hoy en día es más difícil engañar a la gente
sencilla del pueblo, porque la instrucción pública está
masificada y por todas partes se puede lograr información que al
compararse permite llegar más cerca de la verdad.
El pueblo, esa gran masa de ciudadanos que no opina muy a menudo, o que
cuando lo hace le recortan o interpretan sus palabras, es un gran observador.
Y ésa gran masa ciudadana suele tomar decisiones muy sabias a pesar
que se diga y se repita hasta el cansancio que "el pueblo panameño
no es consciente".
¡Basta ver el resultado del 30 de agosto!
Una fuerza política se puede construir a partir de dos puntos
distintos: O con mucho dinero, prometiendo y manipulando necesidades e intereses,
O con mucha conciencia, organizando, educando y movilizando.
El dinero bien invertido puede ayudar a generar un pueblo más
formado y organizado. Mal utilizado, ya lo vemos, genera más probeza,
tristeza y desamparo.
La conciencia, ese conjunto de ideas, emociones y actitudes que integran
al ciudadano honesto, capaz de tomar las decisiones correctas en el momento
indicado, al servicio de la comunidad y su patria, puede mover montañas.
La conciencia por tanto es eso, fe en la capacidad de mover montañas,
y lograr metas que los inconscientes jamás se imaginan. La fe en
el pueblo es una expresión deeésa conciencia que le permite
a personas como Pablo Arosemena, pre-candidato a la presidencia en las primarias
del PRD, lanzarse a una batalla sin otras armas que eso... la fe en el pueblo
y una hoja de servicios a ese mismo pueblo sin manchas.
Cuando vemos semejante acto de fe, nos sentimos orgullosos de ser panameños
y de ser parte de esa mayoría de panameños que todos los días
construimos el país con nuestras mentes y manos. Nos sentimos orgullosos
de ser trabajadores y estar organizados sindical y políticamente
para poder acrecentar nuestra fe en el pueblo y la fe que el propio pueblo
debe tener en la gente que le ha servido toda la vida y que ha salido de
sus entrañas.
Por esa fe, consciente y honesta, es que creemos que los candidatos como
Pablo Arosemena, merecen ganar, y aún perdiendo ganan, porque no
se representan a sí mismos solamente, sino que representan a una
gran mayoría que clama por canales de expresión y por representantes
genuinos en todas las instancias del poder político en este maravilloso
país.
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