Después de salir de la granja de producción de huevo comercial en Carriazo, el producto es trasladado a la Planta de clasificación y empaque de huevos de Melo en Cerro Azul.
A su llegada son colocados en una banda transportadora que los lleva a una máquina de lavado, desinfección y secado con blower.
Luego es pasado por una máquina de selección, donde los huevos son iluminados para extraer los que presenten una coloración oscura, sangre o se encuentren astillados o quebrados.
Posteriormente, cada huevo es pesado según los requerimientos de la Asociación Nacional de Avicultores de Panamá (ANAVIC) y marcados con el logo de la fecha de expiración, que es de 21 días, para luego ser colocado en las bandejas, según sus pesos y dimensiones y ser empacados.
"El tamaño no tiene que ver nada con el valor nutricional del huevos, simplemente se clasifica por cuestiones del empaque; además del hecho de que entre más grande sea el huevo mayor es su valor, porque rinde más", afirma Gabriel González, Superintendente de Planta.
Los trabajos en esta planta inician desde las 5:00 a.m. hasta la 6:00 p.m. y reciben un total de 700 cajas diarias que resulta en unas 21 mil docenas de huevos que son trasladados a la empresa distribuidora de Río Bajo para ser vendidos en tiendas, abarroterías, supermercados, panaderías y más.