Con hechos aislados de violencia y algunos bloqueos de carreteras se desarrolló ayer en Perú una protesta nacional contra el Gobierno de Alan García, que incluyó una huelga general de los maestros y cuatro paros regionales.
Los sucesos más violentos se registraron en la sureña ciudad de Arequipa, donde trabajadores de la construcción civil rompieron con palos y piedras los cristales de varios vehículos durante una marcha por las calles principales.
Tres personas fueron detenidas durante los disturbios, confirmó a Efe un portavoz de la Policía de Arequipa, donde las escuelas, los mercados y comercios permanecen cerrados.
La llamada "Jornada Nacional de Lucha" promovida por la Coordinadora Política Social, que aglutina a organizaciones sociales y sindicales, entre ellas la poderosa Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP), es contra la política económica del Gobierno y el alza de los precios, entre otros asuntos.
La protesta coincide con una huelga de 24 horas de los profesores y con paros regionales, por diversas demandas, en las sureñas Cuzco, Arequipa e Ica, y en Amazonas (nordeste).
En la región de Cuzco, referente turístico de Perú, se ha registrado un bloqueo en la carretera que conecta con Puno, mientras que la empresa PeruRail decidió suspender, por precaución, la salida de los trenes a la ciudadela inca de Machu Picchu, informó la agencia oficial Andina.
Además, los exteriores del aeropuerto de Cuzco se encuentran resguardados por efectivos del orden, no hay atención en los mercados, los comercios trabajan a puerta cerrada y las clases escolares fueron suspendidas.
En Ica se suspendió el servicio de transporte interprovincial y las escuelas y mercados permanecen cerrados, según el portal de internet del diario El Comercio.
Mientras, en el departamento de ncash varias carreteras amanecieron bloqueadas, entre ellas las que conectan con la ciudad turística de Huaraz y el puerto de Chimbote, según Andina.
Para garantizar la seguridad ciudadana, el Gobierno dispuso que las Fuerzas Armadas intervengan en apoyo de la Policía Nacional, lo que ha desatado el rechazo de las organizaciones sociales.
VIOLENCIA
300 trabajadores rompieron con palos y piedras los cristales de varios vehículos durante una marcha por las calles principales.