Como cuando se trata de personas, hay varias maneras de amar a la patria.
Algunos sienten que sus pechos se hinchan de patriotismo ante el Canto a la Bandera, el Himno y los desfiles de noviembre.
Otros toman esas fechas para disfrutar de unas minivacaciones en medio de tanto ajetreo de fin de año.
También habrá individuos que pensarán que la Policía está descuidada estos días y harán fechorías.
Y por supuesto, los comerciantes buscarán aumentar sus ingresos con el argumento de las fiestas patrias.
Mi papá vino de jovencito desde un pueblito de Colombia. Me decía ya nacionalizado, que los que adoptaban a Panamá como su segunda Patria, a veces la querían más que aquellos que nacieron aquí "por accidente, sin pedirlo".
Tenía razón su pensamiento. El haber nacido en un lugar no lo obliga a usted a quererlo y honrarlo.
Sin embargo, el extranjero que deja su tierra buscando "un mejor lugar bajo el sol", hace una evaluación. Panamá, al salir positiva, se convierte en el lugar donde desarrollar su vida.
Creo que en escuelas y colegios hay que insistir en eso del patriotismo y amor a la Patria.
Años atrás, la presencia de los Estados Unidos en el Canal servía de estímulo para que muchos tuvieran mayor sensibilidad, sobre todo, lo que es Patria.
Eso explica los movimientos estudiantiles que luchaban por su soberanía total en el territorio panameño. Realmente no era tan difícil inflamar de patriotismo los pechos de muchos jóvenes...
Hoy en día no existen esas banderas de nacionalismo. Eso lo vemos en las protestas estudiantiles, que como a veces sucede en el Instituto Nacional, se producen por asuntos sin importancia.
Además, añada que en estos últimos años se nota cada vez más la falta de valores y respeto en algunos jóvenes. "Si no respetan a sus padres, " �cómo lo harán con la Patria? Pensarán varios.
Amar no es abrazar, decir palabras dulces, como sucede con el amor hacia otra persona.
La Patria no siempre se puede ver y tocar. El país sí, porque es algo distinto.
Más que algo material, la Patria es un conjunto de sentimientos y condiciones, que no siempre se pueden captar.
Es bonito aquel verso de Miró que dice "la patria son los viejos senderos retorcidos que el pie desde la infancia sin tregua recorrió".
En pleno siglo veintiuno, sería bueno aumentar las enseñanzas de lo que significa vivir aquí. Conocer lo bueno, lo feo y lo malo de esta realidad. Para amar, a fin de cuentas, hay que conocer...