Bajo los colores rojo, azul y blanco, hemos forjado nuestra historia de soberanía; hemos creado un sentimiento de patriotismo y sobre todas las cosas, hemos querido identificarnos como nación.
Estos tres colores han sido testigos de interminables luchas, de inagotables esfuerzos y de una fe inderrotable, por parte de grandes panameños, cuyos sueños se mezclaban con el fervor patriótico.
�Pero continúan estos tres colores conservando el mismo mensaje inspirador? O han cambiado su mensaje, para tirarnos en cara la nueva realidad de nuestro soberano suelo; quizás el rojo ahora represente la sangre derramada por todas las personas víctimas de la delincuencia, que promete una batalla mayor que la de los 100 días; el azul toma un tono de burla, si recordamos el significado del nombre Panamá, y hoy en día, a nuestro alrededor sólo podemos ver peces asfixiados, mariposas casi inexistentes y árboles derribados, todo producto de una contaminación que parece incontrolable; y el blanco... lo más seguro que el blanco desaparezca y se convierta en negro, para darle una mejor representación a un país donde la paz se está convirtiendo en un souvenir, donde sus habitantes han perdido el sentido de amar al prójimo y lo único que gobierna es la apariencia, la codicia y el amor propio.
�Es esta la modernización de la que han estado hablando los Gobiernos? Estamos entrando a una nueva etapa del juego, para intentar llegar al nivel de las grandes potencias y así tener por fin nuestra propia guerra, un poco más del hambre mundial y llenarnos de sus ansias de poder.
Quizás también debamos cambiar nuestro escudo de armas, y convertirlo en una calavera; y cuando hayamos perdido totalmente aquella fe que algún día tuvimos como país, entonces podamos cambiar nuestro tricolor por un verde que signifique dinero, un negro que signifique muerte y un espacio en blanco, que represente el espacio vacío donde alguna vez tuvimos un corazón.