CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

política

opinión

el pueblo habla

relatos y reportajes

provincias

nuestra tierra

deportes

el mundo

viva

vida nueva

sucesos

 

CRITICA
 

  OPINI�N

a�ada este art�culo a del.icio.us a�ada este art�culo a yahoo a�ada este art�culo a digg a�ada este art�culo a favoriting a�ada este art�culo a meneame a�ada este art�culo a fresqui

Buzón de los lectores

Redacción | Cr�tica en L�nea

REVOLUCION PARA LA FELICIDAD

J.C.G.F.

Solidarios para el desarrollo

Como seres humanos, debemos buscar que nuestra vida esté tan cargada de sentido como sea posible, preocupándonos por ser felices.

Tan sólo podemos emplear bien el presente. Debemos comportarnos de forma responsable y con compasión por los demás. La compasión, como la justicia, la solidaridad, el ejercicio de la libertad y todas las virtudes exigen relación con los demás. Ese comportamiento obedece a nuestros intereses porque es la fuente de toda felicidad y alegría, y el fundamento para tener buen corazón. Nuestra felicidad está unida a la felicidad de los demás. Es imposible ser feliz a solas.

Por medio de la amabilidad, del afecto, la honestidad, la verdad y la justicia hacia todos los demás, aseguramos nuestro propio beneficio. Es de sentido común.

Podremos rechazar la religión, la ideología y la sabiduría recibidas de nuestros mayores, pero no podemos rehuir la necesidad de amor y compasión.

"Esta es mi religión verdadera, mi sencilla fe. No es necesario un templo o una iglesia, una mezquita o una sinagoga; no hay necesidad de una filosofía complicada, de la doctrina o el dogma. El templo ha de ser nuestro propio corazón, nuestro espíritu y nuestra inteligencia. El amor por los demás y el respeto por sus derechos y su dignidad, al margen de quiénes sean y de qué puedan ser. Esto es lo que todos necesitamos", decía el Dalai Lama en su libro "El arte de vivir en el nuevo milenio".

En la medida en que practiquemos estas verdades en nuestra vida cotidiana, poco importa que seamos cultos o incultos, que creamos en Dios o en el Buda, que seamos fieles de una religión u otra, o de ninguna en absoluto. En la medida en que tengamos compasión por los demás y nos conduzcamos con la debida contención, a partir de nuestro sentido de la responsabilidad, seremos felices.

"Con amabilidad y con valentía, acoge a los demás con una sonrisa. Sé claro y directo. Y procura ser imparcial. Trata a todo el mundo como si fueran tus amigos. Todo esto no lo digo en calidad de Dalai Lama. Hablo solamente como un ser humano; como alguien que, igual que tú, desea ser feliz y no sufrir".

Cuando algunos se asoman a las máscaras de espejos de los voluntarios sociales, pueden encontrar respuesta en la convocatoria del Dalai Lama a una revolución espiritual que supone una revolución ética.

[email protected]



OTROS TITULARES

Con Kissinger

Sin embargo, todo lo quiero hacer al fina

Límites

Desafío

Nada con exceso

Buzón de los lectores

Tensiones en el PRD

 


 

  





linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2008, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados