La Selección sub-23 de fútbol de Panamá logró terminar invicta el Torneo Preolímpico de la UNCAF, con una victoria 2-1 y un empate 1-1. Pero esto, además de no ayudarnos a clasificar, tampoco sirvió para satisfacer nuestras aspiraciones. �Por eso habrá que trabajar más!.
Si bien los panameños se volvieron a mostrar como un equipo aguerrido, también se esperaba que tuvieran más contundencia y precisión a la hora de entregar el balón y definir, porque de nada sirve esa entrega sino se concretan los goles.
En reiteradas ocasiones, los jugadores panameños regalaron el balón, también notamos a un Edwin Aguilar perdido adelante (lo salvó el gol), un Gabriel Torres perdiendo balones a diestra y siniestra porque se quedaba plantado esperando que el balón le llegara a los pies, un Cristian Vega que no fue mucho lo que aportó en su labor de recuperador y un Adolfo Machado que aunque se hizo sentir en la zaga, también se mostró algo nervioso.
De allí que valga la pena resaltar el buen trabajo de José Calderón, quien pese al gol de terreno que se le coló, actuó bien cuando se le exigió y hasta salvó a Panamá de otro gol. También la buena labor de la línea defensiva con un Román Torres y un Reynaldo Anderson imponiendo su fuerza y estatura, y qué decir de los mediocampos Eduardo Jiménez, Nelson Barahona y Aníbal Godoy, que a mi criterio, se mostraron como los mejores.
El que sí lució bárbaro fue el central Walter López de Guatemala, que en varias ocasiones se mostró claramente identificado con Honduras al cantar faltas y comerse otras, pero que siempre beneficiaban a los rivales de Panamá.
