El escándalo desatado en Colombia con las llamadas pirámides financieras, deben alertar a las autoridades y a los panameños en general, para prevenir ser víctimas de ese tipo de operaciones, que prometen ganancias extraordinarias en pocos meses.
La Comisión Nacional de Valores y la Superintendencia Bancaria deben estar vigilantes para prevenir que incautos caigan en ese tipo de operaciones riesgosas y fuera de toda regulación. Cuando alguien le ofrece una ganancia o un interés muy superior al vigente en el mercado, hay que andarse con cuidado, para no perder los ahorros de toda una vida en ese tipo de actividad.
Ya en Colombia se ha desatado una histeria colectiva de gente que ha sido estafada. El mecanismo es sencillo se captan fondos de alguien y se ofrece al inversionista la posibilidad de multiplicar su dinero a cambio de aportar más abonados a este negocio. Los primeros cobran y los que están en la cola son blanco de la estafa.
Si bien es cierto que el sistema financiero mundial vive momentos inciertos, todavía los bancos son las instituciones más seguras para confiarle sus depósitos.
Las autoridades locales deben ser más agresivas en cuanto a orientar a los ciudadanos a no caer en las tentaciones de las oferta de multiplicar su dinero de manera fácil. Varias de las compañías involucradas en las pirámides de nuestros vecinos colombianos, también operan en Panamá y de seguro que están acariciando la idea de establecer sus mecanismos en nuestro territorio, si es que ya no lo han hecho.
En materia de dinero es mejor prevenir, para evitar que en Panamá se repitan los lamentables hechos que hoy enfrenta Colombia y que han generado airadas manifestaciones en diversos departamentos del hermano país.