Hasta el cielo no contuvo la emoción y lloró de alegría al oír tan hermosa expresión de fe. La iglesia de Cristo Rey, en la vía Justo Arosemena fue el escenario, para estrenar la nueva Misa Típica, creada por el maestro Alberto Salamín, como un tributo al Todopoderoso, en el que se mezclaron torrentes y cadencias propios de la región azuerense.
Muchos fueron los talentos que se unieron, pero todos tenían una misma motivación, darle gracias a Dios por los favores recibidos.
Ese fue el caso de Sergio Cortes, quien ofrendó la destreza de sus dedos de oro en la guitarra, durante la celebración de esta liturgia, ya que ese mismo día (25 de noviembre) su hija Melody, cumplió cinco añitos de vida.
El compositor de toda esta obra de inspiración folclórica, Alberto Salamín, además de otorgar la letra y la música, también brindó su voz, por lo que ese día se engalanó con una camisilla a la usanza de pueblo, Pesé.
Las mejores notas de su alma, brotaron de los labios de Esthercita Nieto, quien entonó el canto de paz, en tiempo de cumbia, que fueron sobre todo seguido, por las palmas del pueblo. Su hijo, Juan Antonio ejecutó el bajo.
Las familias musicales también se ensamblaron entre ellos los Rivera, quienes pertenecen a orquestas de corte tropical. Iván en su estilo efervescente de enseñar, se encargó de la dirección los arreglos musicales, que fueron acompañados por miembros del Coro Polifónico y el coro Ruah.
Los hermanitos Oliveros tocaron magistralmente el violín, mientras que Milagros y su padre Alfonso Blades, produjeron los ritmos que le dieron sabor a esta ofrenda musical.
Esta misa típica se estará presentando próximamente en otras parroquias e igualmente será grabada en un disco compacto, para el deleite de todas las personas que deseen alabar a Dios con un estilo muy panameño.