Al final del día, la madre estaba agotada. Se había pasado horas cocinando para su hijo, esposa y nietos, que por cierto dieron "guerra". Pero su corazón latía de felicidad. Era su día y por eso no le molestaba nada que hiciera su hijo y su familia. �El regalo? Fue cualquier artículo de unos balboas. Algo para "salir del paso", como señaló el mismo hijo a su esposa.
En otra familia la cosa fue distinta. Los hijos agasajaron a su madre llevándola a comer a un restaurante y la colmaron de elogios.
Y por allí una madre recibió tarde la visita de su hijo, quien llegó borracho por "celebrar el Día de la Madre". Incluso le pidió dinero para seguir la parranda.
Todas esas madres tuvieron una actitud positiva hacia los hijos, no importa si abusaron de su atención.
Para los que sus madres ya fallecieron, el recuerdo de ellas tuvo que ensombrecerlos un poco. Si en vida le rindieron respeto y la atendieron, entonces tendrán la satisfacción "del deber cumplido".
En realidad no hay que esperar un día al año para dedicárselo al ser que nos dio la vida.
A veces pensamos que nuestras madres nunca nos dejarán. A lo mejor por eso no la atendemos de manera adecuada. Luego, de poco valdrán lamentaciones...
Como me dijo el famoso Cholito Mesero de Santana, "hay más de una madre".
Se refería a que tuvo que hacer cuatro regalos. Una para su mamá, otro para la esposa, añada el de la suegra y una tía que los ayuda con los niños.
Incluya a veces a las abuelas, quienes se encargan de los nietos en varios sentidos. No les extrañe que ayuden a pagarle el colegio.
Vale advertir que hay otras madres que nunca pudieron tener hijos, por diversas razones.
Ejemplos de esas mujeres que dieron tanto amor a personas que no salieron de su vientre, son dignos de admirar.
El asunto de la celebración de este día no debe valorarse por el costo de regalos, sino por el amor que significa esa relación.
Algunos padres deben advertir a sus niños lo que significa ser madre. Así se evitarían situaciones negativas hacia ellas. Aunque son pocos esos casos, los hay.
Lo peor es escuchar la amargura de hijos desagradecidos. Nunca debe expresar que "yo no te pedí venir a este mundo", como he escuchado algunas veces.
No hay buen Día de la Madre, si no existen buenos hijos...
