Las siguientes líneas podrían ser el guión de una de las grandes películas de Hollywood. Una historia que contiene ingredientes de las inolvidables series de Rocky Balboa, con algunos otros capítulos de humildad, pobreza y sencillez.
Es la historia de un orgulloso campesino de la provincia de Los Santos, quien tuvo que alejarse del deporte del béisbol hace cinco años debido a la pobreza, porque estaba claro que al final era el amor por el deporte de su vida o el amor por su familia.
Es la historia de Juan Cárdenas, hoy bautizado como "El hombre de acero", el talento oculto del Cerro Canajagua.
VELOCIDAD ENDEMONIADA
El grito de playball estremecía las instalaciones del Estadio Olmedo Solé de la ciudad de Las Tablas, provincia de Los Santos.
Al instante, el preparador físico de la tropa mayor santeña, Ismael García, hace uno de esos comentarios que son imposibles de ignorar.
"Préstale mucha atención a ese muchacho. Te aseguro que muy pronto jugará para la Selección Mayor de Panamá", decía García, mientras señalaba con el dedo índice de su mano derecha al tirador izquierdo que ejecutaba lanzamientos endemoniados hacia el plato.
Al final fueron tres lanzamientos cargados de veneno que hicieron que el primer bateador del juego interescuadras de la preselección mayor de Los Santos abanicara la fría brisa del atardecer.
El sol ya desaparecía por el horizonte; sin embargo, el radiante esplendor de las luces artificiales permitía que el juego continuara.
Tres episodios habían pasado a la historia y aquel muchacho espigado salía emocionado del montículo por la excelente faena esculpida, no sin antes recibir las felicitaciones y algunos consejos del ex grandes ligas e instructor de lanzadores de Los Santos, Enrique Burgos.
HISTORIA DE UN GANADOR
Algunos minutos, mientras se cambiaba sus botines para continuar con los entrenamientos, fueron suficientes para que Juan Cárdenas revelara las razones por la que le había dicho adiós al béisbol, hace cinco años.
"Yo soy una persona de escasos recursos. Cuando hice la Selección de Los Santos en la categoría juvenil hace cinco años, mi sueño era después hacer la selección mayor de mi provincia. Sin embargo, el viaje de mi padre hacia Las Tablas le salía muy caro", expresó el tirador izquierdo de 24 años de edad.
Mientras se amarraba los cordones de uno de sus botines, Juan explicó cómo fue su reencuentro con el deporte de su vida.
"Un amigo que tiene unos hijos jugando aquí en Las Tablas fue el que me dijo que me podía traer a practicar con la preselección de Los Santos. Yo decidí aceptar el reto y trabajar fuerte para ganarme un puesto, si Dios me lo permite", afirmó.
AL ESTILO DE ROCKY
Antes del diálogo con Crítica, el preparador físico de la tropa santeña había dicho que Juan era el hombre de acero del equipo, porque entrenaba en las mañanas corriendo por las montañas del Cerro Canajagua al mejor estilo de las películas de Rocky Balboa, para luego correr 12 vueltas en la tarde, en las prácticas en el Estadio Olmedo Solé.
Sobre este detalle, Juan rompió en carcajadas, antes de responder con mucha humildad.
"Es verdad que corro por las montañas del Canajagua. Esto me ha ayudado mucho a la hora de lanzar. Nunca me canso y siempre estoy dispuesto a dar más de mí", precisó.
UN SUE�O MAGICO
Como todo pelotero, Juan tiene trazado un sueño mágico que está seguro que le dará un mejor futuro a su familia.
"Mi sueño es jugar en las Grandes Ligas, para así ayudar a mi familia a salir de la pobreza. Sé que con mucho trabajo y sacrificio puedo ser un lanzador de un gran nivel", enfatizó.
Un estrechón de manos le puso un punto final a la entrevista. A los segundos, Juan salió impulsado como un resorte a cumplir con las 12 vueltas en el coliseo tableño.
Su ímpetu lo convertían en un ejemplo para todos aquellos jóvenes que no han dejado de luchar por un mejor mañana.
Era "El hombre de acero", el talento oculto del Cerro Canajagua, que estará presente en el Campeonato Nacional de Béisbol Mayor 2009.
