Médicos británicos, sostienen que algunas personas entran en una espiral de estornudos cuando se excitan sexualmente o piensan en sexo.
La clave está en una conexión fallida del sistema nervioso autónomo, que se encarga de realizar sin control consciente tareas como que el corazón bombee la sangre, la digestión o la dilatación de nuestras pupilas cuando hay un cambio de luz.
Entre ellas también se encuentran los estornudos y la respuesta sexual cuando algo nos excita.