Una fecha como hoy, 28 de diciembre, es de grata recordación, principalmente porque me remonto a esa etapa inolvidable como es la niñez. Un período en el que predominaba la fantasía, la inocencia, la imaginación para desarrollar juegos como las rondas, la lata, el escondido, en fin, había creatividad que no implicaba gastos económicos para jugar.
En ese período conocí y disfruté el juego: inocente mariposa, que consistía en bromear con nuestros amiguitos diciéndoles una mentira. Recuerdo que era el único día que nos permitían decir algo falso, pues el mentir no estaba aceptado en las reglas de conducta que se aplicaban en casa.
Como en cada escrito que acostumbro realizar, me interesa hacer docencia, pues los lectores que residen en mi Panamá, el país de las oportunidades, se merecen que se les informe y que a la vez se les eduque, así ayudamos a la formación integral del ciudadano.
Si buscamos la génesis de la frase: inocente mariposa, se hace necesario recordar que surge del Día de los Inocentes, fecha que incluso la registra el Almanaque Mundial, el libro de referencia preferido por nuestros abuelos. La mayoría utiliza esta fecha para hacer chistes, pero no tiene nada de graciosa, pues la Iglesia católica recuerda la matanza de los niños menores de 2 años nacidos en Belén, ordenada por Herodes con el fin de deshacerse del Mesías que en un futuro lo reemplazaría.
Según los Evangelios, la matanza de niños debió haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos a Herodes, es decir, uno o dos días antes del 6 de enero. Se supone que fueron degollados miles de niños, pero según el censo ordenado por el gobernador Quirino, Belén no tenía más de 800 habitantes. Teniendo en cuenta que no nacían más de 30 bebés al año y que la mitad moría antes de empezar a caminar, los degollados por Herodes no debieron haber sido más de 15.
Hay diversas posiciones de historiadores de la época. También sale a colación la historia bíblica que hace referencia a Moisés, quien fue arrojado en una canasta al río Nilo para ser salvado, precisamente en el tiempo en que el faraón ordenó matar a todos los hijos varones. Este episodio religioso también nos explica la relación que guarda el nombre de Moisés y la canasta donde fue montado para lanzarlo al río.
Este día se celebra en diversos países, no nos quedemos atrás y hagámoslo con respeto, de seguro que nos permitirá pasar relajados, risueños, dejando a un lado preocupaciones que siempre existirán, pues son parte de la vida. � Feliz Día de los Inocentes!