Tras permanecer preso 36 meses, Luis Carlos Rojas fue declarado inocente de los cargos de homicidio y robo en perjuicio de Carlos Calvo Quintana, suceso registrado el 18 de julio de 2003 en una casa en El Crisol y cuyo cuerpo fue abandonado en una cuneta cerca a un motel en Tocumen.
La inocencia de Rojas fue demostrada por su abogado Víctor Chan Castillo, quien esgrimió la tesis de la presunción de inocencia basada en los grandes errores y fallas dentro de la investigación.
Un jurado de conciencia integrado por cuatro mujeres y cuatro hombres, dio el veredicto a favor de Rojas tras deliberar 45 minutos, tras tres días de audiencia.
La audiencia se dividió en dos partes, ya que el otro imputado en el hecho, César Flores, se acogió a juicio en derecho, asumiendo su defensa la abogada de oficio Graciela Baloy.
El juicio fue presidido por el Magistrado Luis Mario Carrasco.