La presencia del pez león en aguas de las costas de la provincia de Colón ha llamado la atención de expertos en la vida marina que aunque no han reportado la situación, se tuvo acceso a la información.
Este pez fue visto por un pescador colonense que indicó que ya se conoce que varios de estos peces se encuentran en aguas panameñas, pero se debe manejar su manipulación.
Lo que preocupa es que todas las espinas del pez león son venenosas y su picadura, al principio indolora, es posteriormente dolorosa, dependiendo del veneno recibido.
Los síntomas pueden incluir inflamación, enrojecimiento, sangrado, náuseas, dolor de articulaciones, ansiedad, dolores de cabeza, confusión, mareo, parálisis o convulsiones. Esto hace suponer que no debe consumirse.
Se presume que estos provienen del golfo de Méjico, pero por los derrames de petróleo buscan un nuevo hábitat.
Estos peces son grandes y se distinguen por presentar líneas verticales rojas, café y blancas a lo largo de todo su cuerpo, aunque los tonos varían en función del hábitat.
Tienen 13 espinas dorsales y 3 anales. Las aletas pectorales tienen forma de abanico. Tienen pequeños tentáculos carnosos arriba de los ojos y debajo de la boca.
Los colores de este pez le permite pasar fácilmente desapercibido, lo que representa un riesgo para los buzos o nadadores.