¡Corte cedió ante la presión!

Nuevamente, una Corte Suprema de Justicia incompleta y dividida decidió no admitir y no entrar a discutir el fondo de un amparo de garantías que buscaba que ese máximo tribunal declinara competencia a un juzgado de circuito o fiscalía el caso de pinchazos que se le sigue al exmandatario Ricardo Martinelli.

Fue una votación de 5 a 3. Los magistrados Abel Zamorano, Oydén Ortega, Luis Mario Carrasco, Wilfredo Sáenz y Hernán De León votaron por no admitir el amparo. Cecilio Cedalise, Asunción Alonso y Efrén Tello consideraron que se debía admitir. La magistrada Ángela Russo no asistió porque atendía aspectos de la investigación contra el diputado Mario Lazarus.

Casi paralelo a la votación, a eso de las 11:00 a.m., el mandatario Juan Carlos Varela lanzó una nueva presión indirecta contra la Corte: “los funcionarios que no estén dispuestos a asumir con honestidad y lealtad al Estado las responsabilidades que les da su cargo deben renunciar a este para permitir el avance de la institucionalidad y la consolidación de nuestra democracia en beneficio del pueblo”.

Ya antes, Varela advirtió que había que estar vigilante ante el fallo de la Corte sobre el caso de alto perfil de Martinelli.

A esto hay que sumar las declaraciones en YouTube de la procuradora Kenia Porcell, quien afirmó que el presidente de la Corte, Hernán De León, le exclamó que el caso de los pinchazos “¡se iba a caer, se iba a caer!”. Además, la jefa del Ministerio Público afirmó que el magistrado podría estar siendo objeto de chantaje por unas grabaciones.

Ayer Hernán De León –que era el último en votar– fue determinante para no admitir el amparo. Si el presidente de la Corte vota por admitir el amparo, la votación quedaba 4-4; si optaba por la abstención, el resultado habría sido 4-4-1, y no habría decisión en ninguno de los dos casos.

Un jurista no descartó que la presión mediática abrumó, aplastó y superó a Hernán De León.

Luis Eduardo Camacho destacó que, según la procuradora Porcell, el magistrado De León dijo que la mayoría de la Corte declinaría competencia por criterios legales diferentes a Díaz y Mejía. Ayer se decidió lo contrario; queda claro que la presión mediática, del tradicionalismo político y económico volteó el fallo. ¿JUSTICIA?

Al final, el amparo de garantías constitucionales no superó la fase de admisibilidad, por lo que no se estudió el fondo.

Ricardo Martinelli pasará a la historia como el único un privado de libertad a órdenes de la Corte, en espera de ser enjuiciado por esa corporación sin ser diputado y, para su juicio, deberá esperar que el magistrado fiscal regrese de vacaciones.

Tras el rosario de violaciones en el caso contra Martinelli, su caso al cabo de algunos meses será elevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y si el Estado resulta condenado, habrá que esperar lo que hará el nuevo gobierno en el 2019, para no ser el único responsable, sino buscar a los que mancomunadamente o solidariamente deben responder.