¿Qué hay detrás de los escándalos en la Fuerza Pública?

1. No son casuales los dos escándalos públicos que afectan a los jefes del Senafront y al de la Policía Nacional. Revisemos:

2. LA PRENSA: Martes 5/9/17 ”Millonaria contratación directa a favor de Carretero”

El Ministerio de Seguridad Pública otorgó de forma directa a compañías vinculadas a Roberto Carretero —investigado por la supuesta comisión del delito de peculado— contratos para el suministro de uniformes, botas y pertrechos policiales para Senafront, por un monto de $6.5 millones.

Esta semana en la televisión de oposición se presenta una entrevista a un excabo de la Policía Nacional, quien denuncia acoso sexual. 

3.Lo notorio es que por dos semanas continúas saltan a la luz pública dos escándalos que llaman mucho la atención del país. 

4.Hay algunos elementos de información o indicios que están marcando un deseo del Gobierno de permanecer más tiempo en el poder. 

5.REALIDAD: Todos los jefes de la FF.PP. responden a la Embajada de los EE.UU. Todos le fueron impuestos al inicio del gobierno a Varela. 

6.Esta es la razón de ensuciar el prestigio y buen nombre de la Policía Nacional con el tema sexual, e intoxican al país en una televisora de oposición para ocultar el origen de la intención del Gobierno y afectar así el mando del jefe de la Policía, Omar Pinzón, para tratar de presentarlo como incapaz. Se inicia una feroz campaña por las redes sociales, y la solución: su cabeza anticipadamente. La jubilación de Pinzón está programada para diciembre.

7.En el caso del jefe del Senfront, al comisionado Cristian Hayer, cuadro de los gringos, lo queman públicamente con el tema de las contrataciones directas. 

8.La mesa está servida para que el presidente Varela utilice los escándalos para cambiar ya a los dos jefes puestos por los gringos en la Policía y el Senafront.

9.Los arnulfistas, históricamente, no cambian de método. Primero levantan la ola de que los van a tumbar y que no van a terminar su periodo, luego crean las condiciones de caos para desarrollar un plan para mantenerse en el poder.