Los micro- machismos
Por: Gabriela Arosemena Montenegro
Twitter: @Gabby_Aro
El machismo, aquella disonancia cognitiva de que los hombres son, en toda forma, superior a las mujeres, a lo largo de la evolución de las sociedades se ha luchado a través de movimientos como el feminismo para otorgar a las mujeres su justo espacio en el mundo, no obstante, la pugna actual está aún lejos de terminar, ya que en la lucha contra el machismo existen ciertos componentes de carácter cultural, sobre todo, en países de Latinoamérica que podrían ser definidos como “micromachismos”.
El término en sí “micromachismo”, acuñado originalmente por el psicólogo Luis Bonino para explicar conductas en apariencia inofensivas, pero que tienen una connotación que perpetúa el machismo y los mismos son empleados tanto por hombres como mujeres e incluyen desde la selección de palabras en el lenguaje cotidiano como acciones normalizadas, pero que en esencia, tienen como fin expandir la desigualdad entre el hombre y la mujer. Abonar a que los hombres conducen bien y las mujeres por ser mujeres conducen mal, que la sección de juguetes de niña incluya juegos de cocina, plancha o limpieza condenando a la mujer desde su infancia a una con poca superación profesional y alienada a un estilo de vida servicial.
No hay nada menospreciante sobre los quehaceres del hogar, sin embargo, es una tarea igualmente realizable tanto por hombres como por mujeres. El uso de la ropa en mujeres, la obligación de maquillarse o usar tacones porque “de lo contrario, no se ven bien” en algunos puestos de trabajo, calificar su vestimenta como provocativa entre tantas otras acciones que a simple vista parecieran normal, son también formas de perpetuar el monstruo del machismo que alcanza a millones de mujeres a nivel mundial que lamentablemente desencadenan fatídicos acontecimientos como desigualdad salarial, falta de paridad política y en los peores casos violencia de género y femicidios.