¿Quién es el soplón de tu empresa?
Desde que el mundo es mundo, la figura del soplón ha tenido siempre connotaciones bastante negativas. Nadie quiere tener uno de estos personajes entre sus filas, ya que son los encargados de dar a conocer prácticas o informaciones que se quieren mantener ocultas por irregulares o por poco lícitas. Soplones hay en todos los estamentos sociales y a todos los niveles, desde el recreo de los colegios hasta la alta política, y como no, también en las empresas.
Ha sido precisamente en este ámbito donde los investigadores de la Universidad de Chicago han trabajado para determinar ¿Quién es el “soplón” en el fraude corporativo?. Y los resultados vienen a confirmar algo que todos directa o indirectamente sabíamos pero que no se había fundamentado en datos concretos.
Así, una de las principales conclusiones del estudio es que no existe un actor único en la revelación del fraude, sino que el proceso de detección de este tipo de acciones responde a una cadena de individuos que pertenecen a un determinado grupo y que se implican de diferente forma y lo hacen por diferentes motivos.
Por ejemplo, en el caso de Enron, alguien de dentro soltó la información que fue publicada en un artículo de la edición tejana de The Wall Street Journal, que a su vez llamó la atención de un gestor de fondos y consejero de Bethany McLean, editora de la revista Fortune que, finalmente, hizo un reportaje bajo el titular ¿Se ha sobrevaluado a Enron? Y desde ahí la bola de nieve fue imparable.
El caso de la eléctrica, sin embargo, pone de manifiesto que, pese a lo que se pueda creer, no son los reguladores del mercado quienes acostumbran a levantar la liebre, sino los propios empleados de la empresa y, sobre todo, de niveles medios y bajos; muy pocas veces se encuentran soplones en los niveles administrativos más altos.