Pagará cárcel por ofender a Dios

El juez primero penal, Rolando Quesada Vallespi, condenó a la pena de 5 años de prisión a Azael Antonio Fernández Rangel, de 39 años, por el delito de hurto agravado en perjuicio de la iglesia Nuestra Señora de La Merced, del corregimiento de San Felipe, hecho ocurrido el 23 de junio de 2014.

Además de la pena principal de cinco años de cárcel, el juez impuso a Fernández la pena accesoria de inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas por igual periodo una vez cumplida la condena. La denuncia fue interpuesta por el párroco Narciso Vioque Pérez.

Fernández robó en horas de la noche del lunes 23 de junio en la parroquia La Merced en el Casco Antiguo, y se llevó una serie de objetos, entre los que se encontraba el copón o vaso en forma de cáliz utilizado para guardar el Santísimo Sacramento.

"Dentro del copón está el cuerpo de Cristo, lo que nosotros veneramos en la Eucaristía", según explica la denuncia presentada a las autoridades. También sustrajo otros objetos, tales como un invaluable relicario que contenía los huesos de mártires mercedarios.

El relicario es una pieza llamativa, que aunque es plateada, no es de oro ni de plata. El profanador Fernández, que fue luego excomulgado por la Iglesia, también robó la custodia, una pieza de metal en la que se expone la hostia consagrada. Durante el robo destruyó piezas del altar y el sagrario.

Las investigaciones revelan que Fernández pudo haber ingresado al templo durante el día y allí permaneció hasta la noche. No conforme con los daños causados, averió la puerta de la sacristía y reventó las alcancías. Se conoció que la mayor parte de las piezas robadas fueron finalmente recuperadas.

Cuando un delincuente roba en una iglesia es excomulgado de ella y expulsado del cuerpo de Cristo, ya que se considera que con su acción ofendió a Dios.