Sicarios se equivocaron

Un balón de fútbol, un par de tacos azules con el #3 plasmado a un costado, varios pares de chancletas en toda la cancha de juego del Instituto Nacional y unas palomas comiendo pasto, fue lo que quedó tras la balacera registrada el pasado viernes, en medio del campeonato del Mundial del Barrio, donde falleció el niño Engel Núñez, de 12 años, y otro amiguito de 14 resultó herido al recibir un impacto de bala.

Los niños esperaban con ansias la culminación del campeonato, cuando de pronto por la puerta de la cancha que da a la calle Darién, entraron los dos sujetos, supuestamente en busca de otra persona, quien tenía pocos días de haber salido de la cárcel, para cobrar algún tipo de venganza.

La jugada no salió como esperaban, porque la persona a quien buscaban aparentemente no estaba en la cancha, aunque sí se conoció que estaba siendo reclutada por el Movimiento, quienes rescatan a los pandilleros de la calle.

“Nosotros escuchamos de 8 a 10 disparos y nos tiramos al suelo”, fue lo que contó un residente cerca al Instituto Nacional, quien además destacó que al pasar las detonaciones, vieron a las personas correr como locas por todo el cuadro y la escuela, mientras que otros cargaban a Engel, a quien subieron en un carro gris y lo trasladaron al Hospital del Niño, donde murió minutos después de su ingreso.

El partido que se jugaba entre los niños de Patio Pinel y Santa Ana fue el último del que Engel pudo disfrutar, por la falta de seguridad en la zona. “En el evento no habían policías”, denunció Coralia Córdoba, abuela del niño fallecido. “No es posible que a un ángel le hayan truncado su sueño por no haber policías, porque estaban en el área del Maracaná”, acotó la señora muy afectada por la pérdida.

“Yo estaba esperando a que él me trajera su foto de graduación de sexto grado y nunca llegó”, puntualizó Córdoba, quien pide justicia para que los asesinos paguen por el crimen.

Luis Núñez, padre de Engel, mencionó que ha sido muy difícil la muerte de su hijo, reprochando la falta de policías, sabiendo que el evento se desarrollaba en un área caliente.

“Él era mis ojos y me lo quitaron, mientras que ellos están tranquilos”, resaltó Núñez, quien entre llantos clama para que la muerte de su pequeño no quede impune.

El día del campeonato Engel estaba acompañado de su hermano menor, quien presenció cómo los delincuentes le arrebataron la vida a su hermano. “Entraron unos hombres a la cancha disparando y le dieron a Engel en la barriga”, le contó el hermano más pequeño de Engel a su mamá.

“Engel siempre cuidaba de sus otros dos hermanitos”, contó la mamá del menor, quien resaltó que aparte de ser un futbolista, el niño quería ser un médico y estudiar ciencias en el Instituto Nacional.

La madre de Engel mencionó que en la agonía de su hijo, le dijo al otro menor baleado que se cuidara y que jugara mucho fútbol.

Cleotilde Alls, vecina del área, resaltó que se está tratando de rescatar a los jóvenes del área, pero que hay algunas células que no quieren salir del mundo de la delincuencia y quizá son los que andan cometiendo fechorías en las calles.

Eric Batista, del Movimiento Antipandillas, manifestó que los niños necesitan más seguridad y le envió un mensaje al ministro de Seguridad para que trabajen en conjunto con las organizaciones en los barrios, para así disminuir los hechos de violencia en el país.

Las dos últimas semanas personas inocentes han fallecido a causa de la violencia que no cesa en la ciudad capital, desde el asesinato de una anciana para robarle, en Tocumen, así como el crimen de un padre y su hijo en Juan Díaz, y ahora la trágica muerte de Engel, quien ingresa a las estadísticas de homicidios del país, por hechos de violencia.

El Movimiento Nueva Generación en un comunicado lamentó el fallecimiento del menor y hace un llamado a la paz y al respeto a la vida de los niños y niñas.