Mientras los juegos de videos se hacen más sofisticados, los televisores más grandes, y le añadimos eso de jugar por Internet, muchos niños y jóvenes se ven expuestos cada vez más a la obesidad, a una mala alimentación y a una pésima condición física durante su adolescencia y adultez.
Muchos niños son lo máximo en la cancha virtual, pero en la verdadera, están reventados a los 2 minutos de haber comenzado a correr. Dominan el tiro de "chilena" con un rápido y certero movimiento de dedos con el control, pero frente a un marco verdadero, de a vaina pueden saltar.
No estamos diciendo que los videojuegos sean malos. De hecho, la oferta de videojuegos es prácticamente tan variada como la de las películas, programas de televisión y los libros. Hay para adultos, para niños, para mujeres, y hasta para adultos mayores. Esta industria se ha desarrollado por más de 30 años, y ha alcanzado la madurez, al punto que cubre toda una gama de géneros, clasificaciones y gustos. Hay juegos de video didácticos y que ayudan a nuestra agilidad mental, y hay juegos llenos de violencia, sexo y profanidades. Solo hay que escoger bien lo que vamos a darle a nuestros hijos.
Pero por más divertidos o bonitos que puedan ser los videjouegos, no son sustitutos de la vida real. En Japón, Europa y Estados Unidos, y también muchos países de Latinoamérica, miles de jóvenes pasan más tiempo jugando fútbol con un joystick que en una cancha; con todo y que la tienen a solo unos pasos de su casa.
Muchos padres cometen el error de sobreproteger a sus hijos de los elementos. No quieren que toquen la tierra, ni que corran por los campos, ni que hagan esfuerzo físico.
Los niños deben aprender a caerse y levantarse, ensuciarse jugando en la hierba, montar columpios y bajar por los "zurraderos", exponiéndose al sol y con el viento en su cara. Tienen que sudar, y hasta cierto punto, sangrar. Los adultos que tenemos cicatrices de heridas en las rodillas y codos, mostramos que cuando niños bastante que corrimos y nos caímos. Pero así es que se juega de verdad.
Nada suplanta esa experiencia, porque sirve para fortalecer sus cuerpecitos, sus sistemas inmuntes y sus pulmones.
El Playstation, Xbox y el Wii cumplen su cometido, y tienen su tiempo y lugar. No se puede abusar de ese tiempo.
Lleve a su hijo al parque, a la piscina, métalo en ligas de fútbol, béisbol, natación, cayucos, baile, canto o lo que sea. Pero tienen que desarrollar actividades físicas.
Recuerde que todo en exceso es malo, aunque parezca inofensivo.