Son frecuentes las reuniones para promover las candidaturas, en las que se hace hincapié en los defectos de los contendores, sin resaltar los méritos del que se pretende apoyar y por el cual se convoca ese encuentro. El panameño de hoy ha modificado el estilo político, sin menoscabar su mayor participación en los eventos que propician determinadas candidaturas. Quedan todavía quienes reclaman alguna prenda de vestir alusiva al colectivo político o al aspirante a ser elegido, pero se advierte que existe una auténtica consideración de cualidades personales, que de alguna forma van a influir en la escogencia al momento preciso de ejercer el sufragio.
Positivo resulta que las donaciones electoreras vayan siendo cosa del pasado, porque el panameño prefiere soluciones permanentes y adecuadas, al licor, la fiesta, al paseo o a la promesa incumplida de empleo.
Surge otra intención dirigida a la solución de los problemas del país, lo que es fruto de los efectos de la educación en nuestra población, de la existencia de unas condiciones económicas, sociales, administrativas, culturales, educativas, etc., que hacen los nuevos sufragantes, integrados por gente joven con mejores ideas sobre el asunto político.
Los colectivos que ignoren esta realidad están condenados a ser derrotados. Pasar inadvertida la presencia de la elevada cifra de votantes jóvenes, es desconocer un asunto de vital importancia nacional, porque son miles los que cada año ingresan con su vigor, su entusiasmo y aspiraciones, a la nueva etapa de su vida que les permite ser ciudadanos ejemplares, productivos, creativos y sobre todo, con derechos que antes de su mayoría de edad, les resultaban imposibles de ejercer.
Realmente sentimos que hay un cambio de personajes en el escenario político, impulsado por la participación de nuevos protagonistas, con diferente forma de actuar, ofertando sus experiencias, sus conocimientos y sus propósitos, todo lo cual ha producido un consecuente estilo de vida en el país, con la contribución de los medios informativos y de la tecnología, que permite el rápido conocimiento de sucesos y mejoran sustancialmente la calidad de la información.
Quien acude a debates sobre diversos temas, debe ir documentado, porque ya el discurso de barricada que enardecía las masas, no convence, si no está soportado por verdaderas soluciones, en la dirección que el pueblo las reclama.
