No me extrañaría que otra vez algunos estudiantes de último año de periodismo me digan que soy mentiroso... �como sucedió el año pasado! Resulta que les informé que cada día de clases son embarazadas tres jovencitas de primaria y secundaria en Panamá.
Esa falta de respeto de ciertos alumnos hacia su profesor me hizo ponerles como examen una noticia que señalaba esa negativa estadística.
�Qué está pasando?
Sencillamente que hay universitarios (as) que no pueden aceptar la realidad en materia sexual que estamos viviendo en Panamá.
Pero para muchos educadores eso está ante sus ojos.
Se tuvo que modificar disposiciones legales, a fin de permitir que niñas embarazadas asistan a clases normalmente.
Antes, esas chiquillas tenían que irse a escuelas nocturnas. O dejaban de estudiar para enfrentar la realidad del embarazo y los hijos.
Pensé en esa anécdota académica cuando me enteré un día de que, nuevamente, se quiere pasar una ley sobre "salud sexual y reproductiva".
Hace poco más de dos años llegó a la Asamblea este proyecto. Pero fue engavetado luego de provocar variados argumentos a favor y en contra.
Se dijo que grupos religiosos habían presionado para que no se discutiera la ley. Algunos consideraban que orientar sobre sexo y sexualidad a chiquillos y adolescentes sería "motivarlos" a "probarlo".
Con el respeto que se merecen los interesados, voy a usar la lógica para señalar mi posición.
Si las estadísticas de Educación registran centenares de embarazos "precoces", eso significa que hay niños que "ya lo hacen".
Entonces, es preferible que "sepan hacerlo" de manera sana, conociendo las responsabilidades de los embarazos, etc.
Vivimos en una sociedad muy "sexualizada". En cualquier lugar los chiquillos pueden exponerse a mensajes sexuales. Eso ocurre incluso a veces en salones de kínder...
Entonces, no debemos tapar el sol con las manos y darle la espalda a esta realidad, por más impactante que sea.
Ojalá esa ley reciba las correcciones del caso, para que sea aprobada con el respaldo de todos los involucrados.
Creo que el tiempo de las hipocresías ya pasó en el país con respecto al sexo y a los menores de edad.
