EDITORIAL
Sangre en las carreteras
A pesar de las enésimas
advertencias de las autoridades, sigue creciendo la cifra de muertes en
las carreteras. Nueve víctimas fatales se dieron en el fin de semana,
aumentando la estadística de fallecidos en las carreteras nacionales.
La Dirección del Tránsito tendrá que cambiar de
estrategia para la prevención de accidentes, ya que en los dos últimos
años la espiral ascendente no se detiene. Estimamos que nuevos planes
deben esbozarse para la planificación de campañas de promoción
que sean más eficaces para reducir el número de accidentes.
Es oportuno que se redoble la vigilancia en las carreteras y que sean
más severas las sanciones contra los conductores irresponsables,
ya que es inconcebible que se le adeude al Tránsito miles de balboas
por infracciones. La cantidad global pasa de 4 millones de balboas en deudas
y eso ha ocurrido por la flexibilidad que han tenido las autoridades en
aplicar tibias amonestaciones en vez de retirar definitivamente la licencia
de conducir al reincidente.
Ante la creciente ola de accidentes, ningún gremio de transportistas
tiene autoridad moral para protestar, ya que el desastre entre los conductores
particulares y de transporte colectivo y selectivo no ha menguado. También
es importante señalar la falta de vigilancia de los policías
de tránsito cuyas unidades parecen tener horario de oficina, ya que
no se les ve en horas nocturnas.
Hace algunos años, las autoridades desarrollaron un operativo
de control y asistencia en las carreteras, que culminó con el mayor
de los éxitos. Ahora, por el contrario, los policías se esconden
y se dedican a "cazar" a los automovilistas en vez de prevenir
un potencial accidente. Esta censurable práctica no ha disminuido
y en nada contribuye a reducir la cantidad de accidentes.
La Dirección de Tránsito tiene que cambiar de estructuras
y centralizar en una sola institución lo concerniente a esta actividad.
Ello es urgente y no se debe postergar. Con motivo de la Semana Mayor habrá
un éxodo de turistas hacia el interior de la República, ocasión
propicia para rectificar los errores cometidos en la Dirección del
Tránsito. Los policías pueden ser enérgicos, amables
y cooperadores. Por ello, exhortamos a que cambien la mentalidad represiva
por la preventiva. En la medida que eso se haga, dará buenos frutos.
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