Agrupar al ganado en espacios cerrados como corrales, cuadras, chiqueros o establos durante la noche, en invierno o durante la estación seca, permite al granjero un mejor control de las áreas de apacentamiento, la utilización de los recursos pastoriles y, como consecuencia, el mantenimiento de la vegetación (dehesas o pastizales), de los puntos de aprovisionamiento de agua y de las áreas circundantes.