Hay que ser masoquista para comerse el cuento de la Patria Nueva. Los educadores y estudiantes recuerdan la soberbia del Torodictador y su ministro, Thalassinos. Los desempleados se acuerdan muy bien de Chapman y su "shock" económico. Los trabajadores recuerdan a "Michi" Doens y los muertos de la reforma laboral.
Los nacionalistas no olvidan a Ritter Domingo y su CEMEA. Los civilistas se acuerdan de los vejámenes de Torrijos, las torturas de Noriega y el saqueo del PRD durante 21 años de narcodictadura. COFINA, Van Dam, Tránsit, INAIR y el Banco Patria son nombres de estafas que nunca pueden olvidarse.
Hay que ser masoquista para no recordar las privatizaciones del IRHE y el INTEL, beneficiosas sólo para sus gestores y el plan "Mezquita" para el IDAAN. En manos del PRD, la Caja de Seguro Social se irá a pique, como un botín más del partido más corrupto y descarado de América, que recibía cheques a su nombre del atraco del Programa Colectivo de Vivienda. Estimado lector: Si quiere usted acabar con el país, vote por Martín Torrijos y su pandilla. Castillero (el del CEMIS), Balbina Herrera, Miguel Bush y Gozaine, junto a Gerardo González, Carlos Duque, Royo Sánchez, Colamarco, Lucho Gómez, Héctor Alemán y otros que hoy permanecen guardados, llegarán con Martín, "pa' gozá", si el 2 de mayo nos equivocamos a la hora de votar.