Verificar en terreno el progreso de las inversiones ambientales que apoya el proyecto Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño (CBMAP II) -de la Autoridad Nacional del Ambiente- es el resultado de una evaluación diagnóstica realizada por el administrador general de la ANAM, Javier Arias.
Además, participaron representantes del corredor biológico mesoamericano de México, Guatemala y del Ministerio del Ambiente de Colombia.
Explicó que el CBMAP II es un proyecto que a través de las inversiones ambientales trabaja con las comunidades rurales, que son los actores principales para lograr un cambio de actitud y de prácticas en el uso de los recursos naturales.
El funcionario agregó que si bien el 36% del territorio nacional está amparado por alguna categoría o tipo de área protegida, son precisamente esos lugares donde también están las comunidades más pobres, que necesitan de los recursos naturales, como agua, energía y la producción agrícola, para elevar su calidad de vida.
"La labor de ANAM no es decirle no a las comunidades rurales que no pueden sacarle provecho a los recursos", enfatizó Arias, al tiempo que reiteraba que "el asunto no es para una actividad, sino aprender a hacerlo de una manera sostenible y sustentable con el medio ambiente para que el recurso perdure por mucho tiempo."
ESPECIES NATIVAS
Y es que oculto tras las nubes del imponente bosque del Parque Nacional Omar Torrijos Herrera, en el centro de visitantes, el administrador general de la ANAM conversó con Félix Arcia de la Asociación Viverista Flor del Espíritu Santo, la cual además de producir especies nativas de frutales, medicinales, maderables y ornamentales, también cultivan las variedades de fibras (cabuya, pita) y tintes naturales, que son utilizados para la elaboración de artesanías tales como sombreros y coloridos bolsos.
Arcia reconoció ante el administrador Arias que con apoyo del proyecto CBMAP II, los productores han reducido la presión sobre el parque, al punto que ahora son los mismos pequeños productores los que están reforestando las áreas afectadas, sembrando y cuidando los plantones que producen en sus viveros.
TURISMO
Más adelante en la inspección, y a varios metros más abajo, en la comunidad de Barrigón, cerca de la entrada principal del mismo parque, se encuentra otra inversión ambiental del CBMAP II, pero esta vez de tipo ecoturística.
La agrupación Barrigoneros Organizados por la Conservación del Ambiente (BOCA) ha construido un sendero y otras infraestructuras como cabañas, para facilitar a los visitantes el acceso y disfrute de un trío secuenciado de caídas de agua, conocido como el chorro Las Yayas.
Aquí, por una contribución muy razonable, el visitante tiene a su alcance tres refrescantes y paradisiacas cascadas, en las que el sonido producido por las cristalinas aguas que recorren las rocas, se mezcla con el canto de las aves y el roce de las hojas que el viento estremece, mientras algunos rayos de sol logran colarse entre las tupidas y verdes ramas.
Avanzaba el recorrido y un implacable sol de mediodía azotaba la campiña de la comunidad de Machuca (La Pintada), en la que para llegar a la granja de la Asociación de Productores Orgánicos Solidarios habría que recorrer a pie un agreste y muy accidentado camino de casi dos kilómetros.
La ocasión lo ameritaba, pues por su buen desempeño, la agrupación recibiría el segundo desembolso de su inversión ambiental, correspondiente a más de 13 mil balboas.
En esta granja sostenible y orgánica, trabajan solidariamente varias familias que producen sus propios alimentos como granos básicos, vegetales, tubérculos y frutas, al tiempo que crían especies menores como pollos, tilapias y hasta cabras.
Por su parte, Luzmila González de Sánchez, presidenta de la agrupación, agradeció a las altas autoridades ambientales no solamente por el apoyo económico y técnico que les brinda el CBMAP II, sino por "haber venido hasta acá, para conocer de primera mano la digna labor que realizamos de cultivar y conservar la tierra", resaltó.
