ABRACADABRA
"Cuidado con las partidas y los representantes"
"El dinero debe invertirse donde más se necesita, no
donde quiera un legislador o una representante"
Carlos Guevara Mann
Mireya Moscoso declaró
recientemente que revisará la asignación de partidas circuitales.
Señaló que espera entregar esos fondos a los representantes
de corregimiento, en vez de a los legisladores.
"Indicó que acualmente los legisladores reciben partidas
circuitales de hasta un millón de balboas, un dinero que algunas
veces ni siquiera usan, sin embargo, a los representantes que viven en sus
comunidades sólo les entregan 10 mil dólares, que no les alcanzan
para resolver los problemas". (La Prensa, 6 de mayo de 1999).
Estas declaraciones reiteran el interés de la Presidenta Electa,
de darles uso social a los fondos públicos. Las partidas circuitales,
que los legisladores gastan como les da la gana, sin rendir cuentas a nadie,
constituyen un notable despilfarro y una evidente malversación del
dinero del pueblo.
Los legisladores emplean las partidas como botín de campaña
electoral. Las usan para comprar votos a través de la entrega de
"becas", "bonos de comida", materiales y artículos
diversos, pagados por el pueblo panameño. De esta manera, un alto
porcentaje de ellos ha logrado reelegirse, no por su capacidad, patriotismo
ni honradez, sino por su habilidad para extraer mayores recursos del Estado
y repartirlos, de manera cruda, primitiva y arbitraria, entre algunos electores
de sus circuitos.
Las partidas también les sirven para enriquecerse de manera ilícita.
Ambos propósitos -enriquecerse y hacer política con estos
fondos- son completamente inmorales y antidemocráticos. Por eso,
debe ponerse fin a la práctica de entregar dinero a los legisladores
para realizar "obras" en sus circuitos.
Sin embargo, hay que advertirles a Mireya Moscoso y su equipo de gobierno,
que asignarles las partidas circuitales a los representantes producirá
exactamente los mismos efectos, sólo que entre un número más
grande de individuos.
Si ahora tenemos 72 legisladores que hacen política y les sacan
provecho personal a los fondos del Estado, mañana tendremos 587 representantes
de corregimiento que harán lo mismo.
¿Se imagina Ud., amigo(a) lector(a), semejante cuadro? En este
período (1994-1999) se han entregado a los legisladores partidas
circuitales por 180 millones de balboas. Digamos que esta suma astronómica
se hubiese asignado, equitativamente, a los representantes (la mayoría
de los cuales es del PRD). Cada uno hubiese recibido, en promedio, 300 mil
balboas en este quinquenio, o 60 mil balboas al año.
Añada esto a lo que ya reciben y con ello fomentará Ud.
el abuso y malversación de fondos públicos a nivel de representantes.
El comportamiento actual de algunos representantes, la mayoría de
ellos del PRD, pronostica lo que sucederá si se les dan a ellos las
partidas circuitales.
Hace poco, la legisladora Mariela Jiménez denunció que
los representantes de su circuito, Rosa de Shailer (PRD, Calidonia), Hermisenda
Perea (PRD, Curundú), Sergio Gálvez (CD, El Chorrillo, ahora
legislador electo), Rubén Vallejos (PRD, San Felipe) y Martín
Alvarado (Papa Egoró, Santa Ana) han recibido partidas millonarias
para construir obras en sus corregimientos y no han rendido cuentas de la
manera en que han empleado esos fondos. (El Siglo, 9 de marzo de 1999).
Las partidas circuitales deben eliminarse y en el presupuesto elaborado
por el nuevo gobierno deben aumentarse las inversiones sociales y los proyectos
de desarrollo, diseñados con amplia participación de las comunidades
involucradas, de manera responsable y racional.
El dinero debe invertirse donde más se necesita, no donde quiera
un legislador o una representante. Debe ser, asimismo, cuidadosamente fiscalizado
por la Contraloría General de la República.
Los fondos deben administrarse por instituciones sujetas al control de
la ciudadanía, como el gobierno central, los municipios y organizaciones
no gubernamentales (ONGs). De ninguna manera deben asignarse a individuos
-ni legisladores ni representantes- para que los manejen como se les antoja.
Así se promueven la corrupción y el abuso de poder, no el
desarrllo.
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