Estados Unidos no será el principal aliado de Panamá bajo el gobierno del PRD. Tampoco lo será la Unión Europea, ni la España del PSOE, ni el Japón, ni la China Continental, ni Taiwán. Ni siquiera Costa Rica, nuestra vecina y amiga desde la firma del Tratado Arias Madrid-Calderón Guardia en 1941.
Lo serán las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a juzgar por el contenido de un cable de Reuters, fechado el 16 de mayo (ver: www.reuters.com). Las FARC, consideradas "una organización terrorista", acusadas de constituir "una seria amenaza para la seguridad regional" y condenadas por "financiarse con recursos del narcotráfico", emitieron un comunicado en que confiesan haber recibido la noticia de la elección de Martín Torrijos con "entusiasmo y esperanza".
Cual si fueran un Estado independiente, las FARC se comprometen "al mantenimiento de las mejores relaciones de amistad con nuestros vecinos." Bajo la guía esclarecida de Tinmartín, �cómo serán nuestras relaciones con las FARC?
El Palacio de las Garzas se vestirá de gala para agasajar a Tirofijo y al Mono Jojoy, quienes por su encomiable labor humanitaria recibirán las insignias de la Orden de Balboa. Acto seguido, el gobierno perredista abrirá una embajada ante las FARC, al frente de la cual nombrará a algún avezado diplomático de tendencia radical, como Nils Castro o Roko Setka.
�Qué otras consecuencias nos deparará esta tétrica alianza? El Presidente Electo tiene la palabra. Exijámosle la transparencia que tanto prometió durante su campaña.