Dios desea que los cristianos prosperen tanto en lo espiritual como en lo material. �Quiere que gocemos de la vida! Jesucristo mismo dijo: "He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia'' (Juan 10: 10).
Dios trabaja con ahínco. Nosotros hemos de parecernos más a él trabajando diligentemente en todo lo que nos venga a la mano. . . trátese de nuestro empleo, de los quehaceres domésticos o de algún trabajo independiente.
Si usted está desempleado, puede aprovechar este principio desde ahora. �Cómo? Convirtiendo la búsqueda de un empleo en un "trabajo". Dedíquele por lo menos 40 horas semanales. Persista y sea ingenioso. Lea libros o artículos que le enseñen a buscar mejor.
Si no hay demanda para nuestro tipo de trabajo, podemos buscar asesoría en cuanto a otros tipos de empleo. O quizá podamos adaptar nuestros conocimientos y habilidades para desempeñar una labor diferente. Y pidámosle a Dios que nos ayude a conseguir empleo. Una vez que lo tengamos, estaremos listos para poner en práctica otras instrucciones del Nuevo Testamento.
Aunque las instrucciones de Pablo iban dirigidas especialmente a los cristianos esclavos, los mismos principios son aplicables a nuestro desempeño en un empleo.
Recuérdese también que para conservar el empleo una de las cosas más importantes es tener buenas relaciones con los demás. No hay que ser adulador ni hipócrita, pero sí cooperar y mostrar una actitud sincera de interés por el patrono, el supervisor y los compañeros de trabajo. Nuestra actitud positiva y nuestro buen ánimo ayudarán a los demás a desempeñarse mejor también.
Si verdaderamente le creemos a Dios y si nos proponemos aplicar los principios bíblicos que acabamos de estudiar en este escrito, �el promete bendecimos!
