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Juventud y democracia

Por: Demetrio Olaciregui | Periodista

A lo largo de la historia los jóvenes han sido vanguardia de los más variados movimientos de cambio. La fuerza, el ideal, la espontaneidad y la generosidad que se conjugan en el alma de la juventud, representan una amalgama capaz de transformar sociedades y naciones. Los jóvenes son más corazón que razón. De otro modo no se habrían emprendido tantas causas nobles y proyectos de justicia en el mundo.

En los momentos que vive el país, envuelto en el crucial debate para salvar la Caja de Seguro Social (CSS), ese caudal desbordante de los jóvenes, requiere un cauce, una orientación. Sin embargo, los episodios de violencia callejera escenificados, han representado un espectáculo lamentable.

El análisis de los hechos permite identificar un hilo conductor entre los sectores sindicales radicales y esos grupos estudiantiles. Los jóvenes no deben ser arrastrados por la lógica de los violentos, ni aupados por elementos contrarios a las aulas de clases. Eso representa un crimen social. Está claro que el enfrentamiento, la confrontación, los llamados al caos, no son los caminos para garantizar la viabilidad técnica, financiera y política de la seguridad social.

Desafortunadamente, la juventud nacional es víctima de un ambiente poco propicio para su desarrollo integral. Ante la ausencia de una nueva cultura política, la poca credibilidad de las instituciones nacionales, la carencia de responsabilidad social del sector empresarial, la falta de renovación en la dirigencia sindical y con una sociedad organizada manejada por agendas particulares, los jóvenes no encuentran asideros firmes ni sentido de dirección. A la corrupción, la decadencia de valores como familia, la escuela, la iglesia, se suman los medios de comunicación que no ofrecen un aporte constructivo.

Una sociedad que no está a la altura del reto que impone a los jóvenes, tampoco puede juzgarlos con severidad. Eso requiere de un proceso de supremacía de la civilidad. Los jóvenes son el sector mayoritario de la población y deben ser tomados en cuenta e incorporarlos en el trazado del futuro del país.



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