Regresamos ayer a Panamá junto al campeón mundial Anselmo "Chemito" Moreno, en un viaje de más de 13 horas, pero con la satisfacción de haber tenido la oportunidad de ver nacer a este nuevo monarca en tierras alemanas, donde dos empates de su compatriota Ricardo "El Maestrito" Córdoba frustraron su intento de lograr esta misma hazaña.
En Oberhausen, donde estábamos hospedados, a una hora de Dusseldorf, todo fue fiesta al regresar de la pelea, donde el panameño vivió su noche de gloria.
Pero hoy quiero referirme a la estrecha pelea en cuanto a las tarjetas.
"Chemito" Moreno tuvo un buen comienzo en el combate, ganando gran parte de los asaltos iniciales, pero del sexto al noveno fue castigado sin piedad por el ex campeón Wladimir Sidorenko, quien no quería que finalizara su reinado. Las cosas no fueron fáciles para "Chemito" en este tramo del pleito. Después de la pelea, el propio "Chemito" vomitó en su camerino, de tanto castigo que recibió en la zona media.
Todos pensamos que no iba a subir la loma en los tres asaltos finales, y en Alemania iba a ser muy difícil que le dieran la pelea, a menos que hiciera algo extraordinario. Al final eso fue lo que hizo.
En los tres últimos rounds, "Chemito" se amarró los pantalones, tras llamados de atención de su esquina, liderada por el entrenador Celso "El Espagueti" Chávez, el diputado Javier Tejeira y su apoderado Roberto Grimaldo.
En la arena de Dusseldorf, solamente habíamos 10 panameños, dos de ellos del Consulado alemán, contra más de tres mil aficionados que coreaban cada golpe de Sidorenko.
Pero fue "Chemito" quien sacó más garra y en el último tercio de la pelea, los llamados asaltos de campeonato, logró venir de menos a más y anexarse la corona.
Fue justo el fallo.. no hubo duda en mi tarjeta: ganaba el panameño 115-113.
Lo cierto es que no fue fácil, pero se llegó a conquistar esa faja mundial y ahora lo que "Chemito" tiene que hacer es solidificar un reinado.
En la rueda de prensa se habló de revancha, pero ahora el panameño y sus manejadores tienen la sartén agarrada por el mango.