La semana pasada me detuve por unos minutos escuchando el mensaje que Joyce Meyer ofrecía a través de un canal por cable, cuyo tema se centró en el disfrute de la vida diaria. Tocaba hechos y situaciones que nos ocurren a diario y que no nos permiten disfrutar de toda la creación de Dios, inclusive de nuestros logros obtenidos con el trabajo honesto y la perseverancia.
Señalaba que, además de trabajar, necesitamos descansar y disfrutar el hogar; compartir con la familia, estar más cerca de los hijos; gozar los logros alcanzados, las adiciones que le hacemos a nuestras residencias, las compras que hacemos, en fin, darle valor a lo que nuestro creador nos ha permitido alcanzar. Hacía énfasis en que no todo es trabajar, trabajar y ganar y ganar, pues, sin avisarnos nos sorprende la muerte y no nos permite disfrutar los logros.
Muchas veces escuchamos la frase: " cuando me jubile...". Cuando llega la jubilación vienen las enfermedades de la edad y con ello las limitaciones para realizar actividades. En nuestra vida diaria hay que hacer énfasis en el punto medio. Claro que necesitamos trabajar, pero también hay que descansar, reír, dejar a un lado el constante estrés y las preocupaciones que juntas nos dejan indefensos, cansados y hasta enfermos.
Vivimos una constante zozobra por hacer y hacer, en nuestros trabajos y en nuestros hogares. En ocasiones no nos alcanzan las 24 horas del día. Meyer plantea que debemos compartir con los que menos tienen y pagar para que otros se encarguen de la lavandería, la limpieza del hogar, etc.
Es necesario cuidar el presente, sin ansiedad ni preocupaciones. Espero que a través de este mensaje le saquen el mejor provecho a la vida, pues la vida es para vivirla cada día, cada hora y minuto de existencia. Los invito a aceptar esta invitación y ponerla en práctica a partir de hoy, les aseguro que vale la pena.