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"Reelección: preguntas y respuestas"

"Si la reforma propuesta por el gobierno hubiese estado verdaderamente inspirada por un deseo de democratizar y modernizar la Constitución, habría abarcado el procedimiento para designar al Fiscal Electoral"

Carlos Guevara Mann

El jueves pasado dijo Ud. que el gobierno había incluido la autonomía del Tribunal Electoral y la eliminación de la revocatoria de mandato en la reforma constitucional para disimular la verdadera intención del proyecto, que es la de perpetuar el mando del oficialismo. También señaló algunos motivos por los cuales la reforma del capítulo sobre el Tribunal Electoral es incompleta. ¿Por qué otros motivos es insatisfactoria esta reforma?

Otro de los tantos aspectos constitucionales que es imprescindible reformar es el referente al nombramiento del Fiscal Electoral.

A este funcionario le toca 1) salvaguardar los derechos políticos de los ciudadanos; 2) vigilar la conducta oficial de los funcionarios públicos en lo que respecta a los derechos y deberes políticos electorales; y 3) perseguir los delitos y contravenciones electorales.

En la actualidad, el artículo 138 de la Constitución dice que al Fiscal Electoral lo nombra el Poder Ejecutivo, sujeto a la aprobación de la Asamblea.

En una situación de usurpación de poderes por parte del Ejecutivo, como la que vivimos ahora, el Fiscal Electoral no es más que un empleado del Presidente, incapaz de frenar los abusos de poder y el uso de recursos del Estado, por parte del gobierno, para promover el "sí" a la reelección.

En estos momentos, Raúl López, el ciudadano que ocupa el cargo de Fiscal Electoral, es el mismo designado para el cargo por la dictadura de Noriega, en 1988. ¿Cuáles cree Ud. que fueron los motivos de esa dictadura para seleccionar a López?

Dada la naturaleza de ese régimen, no sería, ciertamente, su independencia de criterio lo que llevó a Noriega a designarlo para el cargo.

Las consecuencias de ese nombramiento, hecho de acuerdo con el artículo 138 de la Constitución vigente, nos afectan significativamente hoy, cuando la Fiscalía Electoral carece de la energía requerida para ponerle un alto a la arbitrariedad del oficialismo.

Por eso, si la reforma propuesta por el gobierno hubiese estado verdaderamente inspirada por un deseo de democratizar y modernizar la Constitución, habría abarcado el procedimiento para designar al Fiscal Electoral, de forma tal que su independencia, autonomía y capacidad de acción hubiesen quedado aseguradas.

Pero como democratizar la Constitución es lo último que le interesa al gobierno, prefirió dejar el artículo 138 tal cual está, con lo que se asegura de que la Fiscalía Electoral permanezca subordinada al Ejecutivo.

- ¿Qué puede decir acerca de la eliminación de la revocatoria de mandato?

En vista del control que ejercen los partidos sobre el sistema político panameño, que algunos han llamado "partidocracia" o "dictadura de los partidos", esta reforma sólo puede ser positiva.

Esa reforma también es incompleta, como lo señaló el legislador suplente José Blandón Figueroa en un sesudo artículo publicado en El Panamá América el pasado 2 de junio.

De allí cito lo siguiente: "Con la reforma hipócritamente propuesta por el PRD, no se logra que los legisladores sean verdaderos mandatarios (representantes) del pueblo votante.

"Dicha reforma lo que garantiza es que, por cinco años, los legisladores contarán con una carta blanca para hacer lo que les venga en gana, pues, una vez elegidos, nadie les puede revocar el mandato, ni siquiera el pueblo que los eligió.

"Quienes propugnamos sinceramente por la eliminación de la revocatoria partidista, lo hacemos exigiendo a la vez, la instauración de mecanismos que permitan la revocatoria ciudadana.

"Por ejemplo, si un Legislador se ausenta sin justificación por un largo período de tiempo, dejando su curul vacía, mientras cobra un jugoso salario, debe existir una sanción que, en países como la vecina Colombia, es la pérdida de su posición (revocatoria de su mandato por no querer ejercerlo)."

La propuesta del gobierno, pues, no es más que una licencia ilimitada para que los legisladores hagan lo que les da la gana y abusen aún más de la confianza del pueblo panameño.

Eso no es democracia, sino desfachatez, lo que constituye otro motivo más para votar NO el 30 de agosto.

[continuará]

 

 

 

 

 

 




 

AYER GRAFICO
El ex presidente Roberto F. Chiari y el Dr. Gilberto Arias durante la campaña de 1960.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no presto un buen servicio médico.


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