TEMAS DE ACTUALIDAD
El parque y el pueblo
Brittmarie Janson Pérez
Según disposiciones
del gobierno PRD, los que van al parque del antiguo Club de Golf tendrán
que pagar. Además, sacaron del parque a instituciones como la Escuela
Juvenil de Música y muy especialmente a la Cruz Blanca que presta
un vital servicio a la comunidad, atendiendo a las pobres almas que han
contraído la enfermedad de la adicción. En vez, se instalarán
allí, con toda comodidad, las oficinas de la esposa del mandatario.
Lo que sucede con el parque es un perfecto ejemplo de la desgracia que
vive el pueblo panameño en manos de un gobierno que atiende fielmente
las órdenes de las instituciones financieras en Washington y la Organización
Mundial del Comercio (OMC).
El gobierno PRD está disponiendo de los bienes estatales de acuerdo
con el plan de globalización económica que desde la década
de 1970 dispusieron los grandes capitalistas, quienes querían poder
invertir sin restricción alguna y tener la libertad de sacar sus
utilidades sin trabas.
Para justificar este plan, inventaron las consignas de libre competencia
y libre comercio que, según ellos, favorecería a todos. Pero
en realidad, los favorecen solamente a ellos. Por ejemplo, para colocar
sus productos con mayor facilidad en el mercado panameño, se eliminan
todas las tarifas arancelarias que pagan productos extranjeros al entrar
a un país. Estas tarifas, que protegen a los industrialistas y productores
nacionals que emplean a trabajadores panameños, y proveen al Estado
de entradas que necesita para mantener el gobierno, ya no las va a percibir
el gobierno. Así, los productos del exterior pueden entrar libremente
y los panameños pierden empleos e inversiones.
A la vez, se privatiza a las agencias autónomas y semi-autónomas,
como el INTEL y el IDAAN, para el provecho de las mismas multinacionales
que, en contravención a la "libre competencia" que propugnan,
establecen monopolios.
Se entiende que, como resultado de estas medidas, al Tesoro del Estado
no entra el dinero de las tarifas arancelarias ni el dinero de las agencias
autónomas más productivas. Por lo tanto, el Estado va a tener
problemas de presupuesto. La solución de los globalizadores a este
problema es sencillo: rebajar los servicios que presta gratuitamente el
Estado. Se reduce la educación y salud pública a lo mínimo
posible y eso, solamente para decir que existen.
Esta situación conduce solamente a ahondar la brecha que existe
entre el pobre y el rico. El rico que puede pagar colegios privados, tendrá
estupenda educación para sus hijos y como puede pagar los costosos
medicamentos y servicios médicos privados, también vivirá
más y en mejor estado de salud.
Pero para la clase popular, los globalizadores parecen tener la consigna
de "Sálvese quien pueda". Con un Estado esqueleto, los
pobres tendrán cada día menos posibilidades de sobrevivir.
Pocas posibilidades tendrán sus hijos de educarse para poder mejorar
su situación. Los pobres sufrirán más por enfermedad
y morirán más. Esto ya se está viendo en Panamá.
El presidente y candidato ahora ofrece lo que sea con tal de que voten
sí en el referendo. Pero, mis queridas hermanas y hermanos panameños,
no se dejen engañar. La trayectoria de Pérez Balladares ha
sido y continúa siendo de obedecimiento fiel a los globalizadores
extranjeros y en detrimento de la clase popular nacional.
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