EDITORIAL
No ventilar fallos en los medios
Un elemento básico
en el ejercicio de la judicatura es la publicidad, ya que el derecho debe
proclamarse con amplitud, de manera que resulte conocido por toos, no pudiendo
alegarse su ignorancia; de esta manera, los pronunciamientos de las instancias
judiciales que definen marcos a las normas merecen plena divulgación.
Sin embargo, una conducta equívoca, generalizada, convierte a
los medios masivos de comunicación en tribunales y academias para
desmenuzar, interpretar, censurar y aplaudir, los quehaceres de la justicia
y, en este liviano derrotero se festina y confunden los hechos, se inducen
torceduras, y se desvían los propósitos de las averiguaciones,
generando en el seno popular subjetivas adhesiones y rechazos divorciados
de la verdad procesal.
En sonados eventos tribunalicios las orientacines maliciosas o intencionadas
del sensacionalismo lograron desviar las averiguaciones públicas
y crear ficciones que en muchos casos permanecen inalterables, a pesar de
haberse alcanzado aclaraciones que las destruyen.
Así, en el conocido caso de "el Hombre de la Camisa Mambo",
la imaginación activa de varios periodistas de tabloide llevaron
a la ciudadanía a la creencia; al convencimiento de la existencia
de un asesino degollador con tales vestimentas; igualmente el sonado acusatorio
de "Ricardon", el violador de mujeres, al cual sustituyó
"el Hombre del Petate", genero un clima de terror y miedo en la
vida citadina, resultado del hacer de los medios.
Ahora, el pronunciamiento disidente de un Magistrado de la Corte Suprema
de Justicia, al opinar en un proceso de constitucionalidad, en el cual se
cuestionó algunos indultos presidenciales por favorecer a personas
sindicadas de delitos comunes, provoca en medios de comunicación
social cuestionamientos en los que se reclama opiniones defensoras del fallo
proferido, y se llega a cuestionar la imparcialidad e independencia de sus
firmantes, asentados en subjetivismos, rayanos en temeridad.
Los fallos de justicia deben ser materia de análisis acádemicos;
de esclarecimiento conceptual; de discusión doctrinal y técnica,
en sitiales de idoneidad y altura, tales las universidades y los colegios
de abogados: y no en cintillos de alarma, o en vocerías de ignaros,
cuyas consecuencias resienten la confianza popular, debilitando la aceptación
ciudadana a la función noble de dictar justicia.
En el caso específico en discusión se establece que el
marco de ley que permite la facultad presidencial de indultar, es confuso,
razón por la cual se impone buscar los correctivos parlamentarios
que esclarezcan su sentido y precise sus ámbitos.
Persistir en la malsana práctica de abanderar la opinión
pública en favor y en contra de las decisiones de derecho, pudiera
conducirns a grave inestabilidad, generalizada y destructiva, que rechace
el dictado de la justicia por los tribunales, y la asigne a la propia mano;
a la justicia privada.
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AYER GRAFICO |
La Asociación de Cazadores Blancos de Mozambique y el Museo de Ciencias. |
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