El mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, fueron seducidos por el Canal de Panamá.
En su corta visita a Panamá, los altos funcionarios del gobierno español le dedicaron dos horas al Canal, y acompañados del presidente Martín Torrijos y su esposa, Vivian de Torrijos, siguieron paso a paso la forma en la cual los barcos cruzan las esclusas de Miraflores.
Rompiendo con lo estipulado en el protocolo se fueron más allá, y ante la mirada sorpresiva de los guardaespaldas de ambos mandatarios, Rodríguez Zapatero subió a la locomotora 100 y junto a un operador, la puso a rodar.
Los presidentes firmaron un "principio de acuerdo" para excluir a Panamá de la lista de paraísos fiscales y evitar la penalización de empresas españolas interesadas en invertir en la ampliación del Canal.
"Hemos firmado un memorando de entendimiento para solucionar los problemas de la doble tributación, y seguimos conversando sobre el tema de los servicios financieros que ofrecen las sociedades anónimas panameñas", anunció Torrijos.
Rodríguez Zapatero reveló que existe un gran interés en el gobierno español de participar en las obras de expansión del Canal. Dijo que empresarios de esa nación pueden establecerse en el país.
Resaltó que Panamá ha jugado un papel muy importante en la promoción de la paz en varios países del mundo, y alabó el papel que por ahora ha realizado como Miembro no Permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Torrijos anunció la cesión del uso por parte del gobierno, a su contraparte española, del edificio que albergó la antigua Casa del Soldado de la Independencia, para el funcionamiento de un centro cultural de España en Panamá.
Invitó a los empresarios españoles a participar de la modernización de la vía.