Tanto que mi abuelita ahorró y no disfrutó la vida. No se comía ni un duro, no se compraba una soda, por ahorrar. Por eso es que yo digo que la plata va y viene.
Esto se lo escuché a una persona cuarentona ya, que trabaja y tiene hijos.
Este nieto tiene todo el derecho de pensar así de su abuela, pero es de los que se gastan lo que no tienen, y quieren que los demás le resuelvan sus problemas económicos. �Ah! y encima se molesta cuando la gente no le quiere o no le puede prestar dinero. Ni qué decir cuando le cobran. Dice que nadie lo entiende.
Si su abuelita no hubiera muerto por causa natural, seguro que la hubiese matado deldisgusto por ser tan desordenado y deshonesto. Su situación no es diferente a tanta gente que usted ve con la cara larga, desencajada y amargada por deudas innecesarias.
Gastan hasta lo que no tienen en lo que no deben, se esconden cuando les van a cobrar, le inculcan la mentira a sus hijos cuando los acreedores los acosan con llamadas.
Estas personas son las que dicen que no ahorran porque no son miserables para meter cinco pinches balboas por quincena en el banco, pues eso no resuelve nada. Pero son las que piden dinero porque el pela'o se quedó sin leche.
Esto es parte de la inmadurez humana. Imagínese lo que se puede esperar de un jefe o una jefa de hogar que no sea capaz de ordenar su cartera. Esta cultura hogareña generalmente se pasa a los hijos y los condena a una permanente vida de zozobra financiera, de amargura, estrés y sueño intranquilo.
Pero tampoco nos vayamos a los extremos como la abuela, y al menos compremos de vez en cuando una soda y un duro, pues la avaricia también es pobreza humana.
Con un poco de sentido común cada persona puede ser un experto financiero al menos para asuntos del hogar.
La mala vida a la que algunos se condenan también toca a muchos que usted ve con ropa fina y carros. Sé de gente que cuando se pide una cooperación, siempre dice que dejó la cartera en el carro.
�Una buena excusa para no dar! o �Un buen pretexto para no decir que están limpios?
�Ay! abuelita, ilumínanos para lograr el balance económico.
