Transcurrían los años de mi niñez, cuando escuchaba en la radio el espacio noticioso titulado "Panamá Flash" a través de Radio Mía. Se interrumpía la programación regular para dar a conocer una noticia de última hora. Cuando ese momento llegaba, mis hermanos y yo, sabíamos que teníamos que hacer silencio, pues nuestro padre con un shhhhh, así lo indicada y era una orden que había que cumplir.
En principio me molestaba, pues tenía que dejar de hacer ruido para escuchar la voz de un hombre que anunciaba un acontecimiento de última hora. Con el transcurrir del tiempo, esta situación se hacía más seguida, y no sólo mi padre le ponía atención, también mi madre, los vecinos y toda persona adulta que vivía en el vecindario. Creo que a partir de ese momento empecé a admirar a este hombre, que luego me explicaron que era un periodista y que su nombre era Joaquín Maizón.
Recuerdo que influyó tanto en mi persona que, cuando niña, todos mis juegos giraban en torno a ser periodista, y así fue. Estudié esta carrera, pero siempre guardaba la esperanza de conocer al hombre de la radio, cuya labor fue determinante en mi vida. Mi deseo se cumplió cuando ingreso como Oficial de Relaciones Públicas en el Ministerio de Educación y conozco al maestro Joaquín Maizón. Inclusive, mi primera participación como maestra de ceremonia de la institución fue en un acto donde comparto escenario con él.
Un hombre que vivía el periodismo, siempre activo y dispuesto a cubrir las asignaciones. Yo diría que era hasta hiperactivo, si cabe el término para expresar como amaba y se involucraba con su profesión. Fue un comunicador social que aunque empírico cuando le conocí, la experiencia y el amor a su profesión lo hizo un profesional. Hace unos años logró culminar sus estudios universitarios y titularse.
Son tantos los sentimientos encontrados que vivo en este momento, pero debo resignarme a que ya no estarás entre nosotros, maíz grande. No te escucharé los 22 de julio, fecha de tu cumpleaños; pero donde estés, seguro que al lado de Sixta Aguilar, Pepe Zamora y Luis De León, compañeros de Relaciones Públicas del Ministerio de Educación que ya te antecedieron, harán ese equipo de trabajo que ubicó al hoy MEDUCA, en la primera institución con altos porcentajes de divulgación en los medios. Hasta luego Joaco, eres el maestro que no se olvida.